Luis entró a la psicología buscando sincronizar sus mejores habilidades humanas con su deseo de ayudar a la gente y ayudar a crear un mundo mejor. Pronto se enamoró de la profesión cuando comenzó su experiencia como profesional y se dió cuenta del bien que se podía hacer trabajando como psicólogo.
Luis Mollá es graduado en Psicología por la Universidad de Zaragoza. Posteriormente, realizó el Máster en Psicología General Sanitaria en la Universidad Pontificia de Comillas. En esa misma universidad, realizó también un Máster de especialización en terapia cognitivo conductual en población infanto-juvenil.
Entre su experiencia previa como Psicólogo Clínico, Luis ha trabajado en la Cruz Roja, en el departamento de ayuda a la integración de inmigrantes, donde se ofrecía ayuda y apoyo psicológico a población inmigrante que había sufrido o sufría en ese momento persecución y por lo tanto se había visto obligada a huir de su país y buscar refugio. Es aquí, donde se dio cuenta de la enorme relevancia que tiene para el buen pronóstico de la terapia el vínculo. Por ello, para Luis el primer factor e indicador de un buen trabajo terapéutico es una buena alianza terapéutica de confianza.
«La terapia debe ser un espacio creado, nacido de la relación entre el terapeuta y el paciente, donde este pueda sentirse seguro y en confianza para conocerse y trabajar en sí mismo, orientando su esfuerzo a adquirir herramientas que le permitan afrontar los obstáculos de la vida de forma más adaptativa»
Experiencia
Por otro lado, Luis trabajó y se especializó durante un año en trastornos de la conducta alimentaria(TCA). Estuvo en el grupo de día, con un grupo de aproximadamente 20 pacientes con edades comprendidas entre 15 y 25 años, viendo mayoritariamente anorexia, bulimia, ortorexia y trastorno por atracón, cada paciente distinto, pero con unas características similares. En este centro trabajó tanto en terapia individual como grupal, desde un punto de vista integrador, con una pequeña inclinación hacia la terapia sistémica y trabajo con las familias o entorno de los pacientes. En este centro Luis pudo desarrollarse mucho como terapeuta, tanto a nivel individual como grupal. Es en este centro donde Luis comenzó y desarrolló su gran interés y motivación por ayudar a este tipo de población debido a la injusta situación a la que estaban expuestos estos pacientes por parte de la sociedad, haciéndoles siempre sentir inferiores o insuficientes.
Posteriormente, Luis estuvo trabajando con población adulta, con una modalidad tanto online como presencial donde pudo ayudar a muchos adultos. Siempre trabajó desde un punto de vista integrador, buscando y pensando minuciosamente qué estilo de terapia podría adaptarse mejor a las condiciones del paciente, ya que, para Luis cada paciente requiere un tipo distinto de trato.
Durante la realización del Máster de especialización en población infanto-juvenil, estuvo colaborando con la Fundación Padre Piquer, trabajando en el colegio realizando terapias individuales tanto a niños como adolescentes. Por otro lado, estuvo realizando también talleres psicoeducativos para distintos grupos de niños o adolescentes. Trabajó con niños con trastornos de conducta, ansiedad, malos resultados académicos, etc. Durante este trabajo Luis se dio cuenta del enorme sufrimiento que pasan algunos niños en el colegio, y de cómo se pasan por alto sus emociones, tanto en su vida en general como en el trabajo en terapia, por ello a la hora de trabajar con población infantil siempre trata de integrar el trabajo conductual con un trabajo de gestión emocional, tratando siempre que adquieran herramientas para gestionar sus emociones.
De forma simultánea a su trabajo con la fundación Padre Piquer, Luis estuvo realizando evaluaciones en cinco residencias de ancianos por Madrid, con el objetivo de evaluar los efectos que podía llegar a tener una intervención intergeneracional en esta población.
Teniendo en cuenta todo esto, Luis se ha especializado a través de toda su formación en el tratamiento de población infantojuvenil, trastornos de la conducta alimentaria y en el trabajo con adultos. Suele trabajar desde una perspectiva integradora, siempre teniendo en cuenta las cogniciones, conductas y emociones del paciente, así como, otros factores fundamentales como la familia, el colegio y otros contextos.
Para Luis, el objetivo primordial en terapia es crear un espacio seguro, de confianza, donde el paciente pueda sentirse siempre validado, escuchado y entendido. Este espacio seguro, se genera para que sea el paciente el que adquiera herramientas y recursos para enfrentar sus problemas en el presente y los que vengan más adelante en la vida.
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