Tratamiento de la Depresión en personas mayores
¿QUÉ ES LA DEPRESIÓN EN PERSONAS MAYORES?
La depresión es uno de los trastornos psicológicos más frecuentes en la vejez. Las personas con depresión suelen presentar una constante sensación de tristeza y desesperanza, una visión negativa del futuro y una baja autoestima. Además, es habitual que se acompañe de otros síntomas como cambios llamativos en el peso, la alimentación y el sueño.
Las personas que padecen depresión experimentan un gran sufrimiento que interfiere con todas las actividades de su vida cotidiana. Es habitual que, en las personas mayores, los síntomas depresivos pasen desapercibidos o camuflados bajo dolencias de otras enfermedades físicas.
CAUSAS DE LA DEPRESIÓN EN PERSONAS MAYORES
A medida que las personas mayores envejecen, se enfrentan a una serie de cambios en la vida que pueden aumentar su vulnerabilidad a la depresión o empeorar su condición depresiva existente. Estos cambios abarcan diversos aspectos y pueden tener un impacto significativo en la salud mental de los adultos mayores.
A continuación, se detallan algunos de estos cambios:
- Afecciones médicas: Enfrentar condiciones médicas crónicas, puede desencadenar o agravar la depresión en las personas mayores. La carga física y emocional asociada con estas afecciones puede afectar su bienestar y estado de ánimo.
- Factores genéticos: Las personas con antecedentes familiares de depresión tienen un mayor riesgo de desarrollar esta enfermedad en la vejez. La carga genética puede influir en la susceptibilidad de una persona a la depresión y desencadenarla en determinadas circunstancias.
- Estrés: El estrés crónico, especialmente el relacionado con el cuidado de un ser querido enfermo, puede desgastar la salud mental de las personas mayores y aumentar su riesgo de depresión. La responsabilidad y las demandas emocionales asociadas con el cuidado de otros pueden ser abrumadoras y afectar negativamente su estado de ánimo.
- Problemas de sueño: La dificultad para conciliar el sueño o mantenerlo durante la noche puede ser un desencadenante de la depresión en los adultos mayores.
- Aislamiento social y soledad: El distanciamiento social, la pérdida de amigos o seres queridos, y la disminución de las oportunidades de participar en actividades sociales pueden afectar negativamente su salud mental.
- Falta de ejercicio o actividad física: La inactividad física y la falta de ejercicio regular pueden contribuir al desarrollo o empeoramiento de la depresión en los adultos mayores. La actividad física regular se ha asociado con una mejor salud mental y un menor riesgo de depresión.
- Limitaciones funcionales: La incapacidad para realizar tareas cotidianas con facilidad puede generar sentimientos de frustración, dependencia y pérdida de autonomía, lo que aumenta el riesgo de depresión.
- Adicciones o alcoholismo: El abuso de sustancias, incluido el alcoholismo, puede conducir al desarrollo de un trastorno depresivo en las personas mayores. La dependencia de sustancias puede agravar los síntomas depresivos y complicar el tratamiento de la depresión.
Además de estos factores, también existen otros cambios en la vida que pueden influir en la salud mental de las personas mayores, como la mudanza a un centro de atención para la tercera edad, el fallecimiento de alguna persona cercana o cónyuge, el síndrome del nido vacío (cuando los hijos dejan el hogar) y el dolor o padecimiento crónico.
PRINCIPALES SÍNTOMAS DE DEPRESIÓN EN PERSONAS MAYORES
Estos son los síntomas que podremos encontrar en una persona mayor que padece depresión:
- Sentimientos de tristeza, sensación de vacío o desesperanza y llanto.
- Sentimientos de culpa o inutilidad
- Estados de elevada irritabilidad, humor cambiante y nerviosismo o ansiedad.
- Pérdida de interés por la mayoría de las actividades cotidianas y por aquellas actividades que anteriormente eran placenteras.
- Cambios bruscos en los ritmos del sueño, como insomnio o dormir demasiado.
- Cansancio extremo y falta de energía.
- Cambios en el apetito, tanto por disminución en la ingesta, como por aumento llamativo de peso.
- Lentitud general, por ejemplo, en el razonamiento, el habla o los movimientos corporales.
- Dificultades de memoria, concentración, toma de decisiones y cambios en la personalidad.
- Pensamientos excesivos sobre la muerte, pensamientos suicidas o intentos autolíticos.
- Somatización sin razón médica, como dolores intensos de espalda o migrañas.
Si presenta varios síntomas de depresión en personas mayores y estos persisten durante más de dos semanas, es importante que se comunique con su médico. Estos signos podrían indicar la presencia de depresión u otro problema de salud. No debe ignorar las señales de advertencia, ya que la depresión grave no tratada puede llevar al riesgo de suicidio y, en casos extremos, incluso a la muerte.
Si usted es un proveedor de atención médica para una persona mayor, durante las consultas es fundamental preguntarle cómo se siente. La investigación ha demostrado que intervenir durante las visitas de atención primaria es altamente efectivo para reducir el riesgo de suicidio en el futuro. Si es un familiar o amigo cercano, también debe estar atento a las señales.
CÓMO TRATAR LA DEPRESIÓN EN PERSONAS MAYORES
El tratamiento de la depresión en personas mayores puede incluir una combinación de terapia psicológica y medicación. La terapia psicológica, puede ayudar a identificar y cambiar patrones de pensamiento negativos, así como a desarrollar estrategias de afrontamiento efectivas y ayudar a la recuperación del deseo y la motivación. Los medicamentos antidepresivos también pueden ser recetados en algunos casos por un médico para ayudar a estabilizar el estado de ánimo. Un enfoque integral que combine estos elementos puede ser clave para el tratamiento exitoso de la depresión en personas mayores. Además de otros factores como:
4 CONSEJOS PARA SUPERAR LA DEPRESIÓN
A las personas con depresión no les suele apetecer estar activas. Pero, de todos modos, “oblígate” a hacerlo. Hacer ejercicio para mayores, pasear o estirar todos los días puede prevenir y aliviar la sensación de tristeza y mejorar el ánimo.
A algunas personas que tienen depresión pierden las ganas de comer, mientras que a otras les inunda la necesidad de comer demasiado. Es por ello por lo que recuperar una nutrición equilibrada puede ayudarnos, ya que influye directamente en el estado de ánimo y el nivel de energía. Adquiere una dieta equilibrada y sigue un horario de comidas regular.
Un buen modo de recuperar la iniciativa y las ganas es ejercitar la imaginación (pintando, cosiendo, escribiendo, etc.) Crecer en esa habilidad te ayudará a experimentar emociones positivas.
La depresión altera los pensamientos convirtiéndolos en negativos y catastrofistas. Encuentra personas a las que poder expresar dichos pensamientos y que puedan ofrecerte una perspectiva diferente. Desahógate y libera tus emociones.
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