Las Navidades pueden ser una época muy bonita para mucha gente, pero también puede ser una época complicada para otros muchos. A menudo estas fechas son un reflejo de aquello que siempre hemos querido (hijos, pareja, una buena relación con ese familiar…) y que no tenemos. Añadido a lo anterior, estas fechas pueden ser especialmente difíciles para aquellos que han sufrido la pérdida de un ser querido.
A continuación, proponemos un listado de cosas que pueden ser útiles a la hora de afrontar las navidades si has perdido a un ser querido, o si vas a acompañar a alguien que lo haya perdido. Es importante que solo tomes aquellas que creas que te puedan ayudar.
- Dedícale un tiempo con antelación a las fechas para pensar en las celebraciones. Te podría ayudar plantearte las siguientes cuestiones: ¿Qué tradiciones formaban parte de tu Navidad, y cuales quieres mantener este año? ¿De qué quieres encargarte y qué prefieres delegar? Es importante que sepas que tienes derecho a decidir no asumir la responsabilidad de la organización, haz solo aquello que te haga sentir cómodo/a este año, el que viene ya se verá.
Puede ser aconsejable tener una conversación previa con los familiares y amigos con los que vas a compartir estas festividades. Trata de contarles tus expectativas, preocupaciones, miedos, necesidades…
- Acepta y pide ayuda que sea práctica. Si decides que quieres celebrar y organizar alguna de las fiestas pide ayuda a un familiar o amigo para hacer las compras, organizar la celebración… Pero no te obligues a realizar estas tareas y evita ser exigente, entiende que es un tiempo difícil para ti y que quizás no tienes fuerzas.
Es importante que trates de no aislarte, lo que no significa que no puedas pasar tiempo solo.
- Sé amable con tus emociones. Para eso puedes tener en cuenta las siguientes cosas:
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- Recuerda que celebrar no es olvidar.
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- Date cuenta de que los “debería” no son útiles, ya que nos hacen sentir culpables.
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- Trata de reconocer tus límites: decir NO, también es cuidarse.
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- Sé respetuoso contigo mismo y con los demás. Cada persona expresa y vive su duelo de forma diferente.
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- Normaliza no querer celebrar la Navidad o, por el contrario, desear celebrarla.
- Si te apetece, busca cómo tener presente a tu ser querido en estas fiestas. Hay muchas maneras de hacer esto, por ejemplo podemos tenerle presente de manera directa haciendo un brindis en alguna comida. También puede ser de manera más simbólica como poniendo una fotografía suya cerca de donde vais a estar sentados los familiares y amigos. O incluso se puede empezar un nuevo ritual que permita recordar a tu ser querido.
- Haz un listado de actividades que te sirvan para aliviar el estrés en los días previos a las celebraciones. Algunas ideas pueden ser: Salir a caminar o hacer ejercicio, escuchar música, escribir o dibujar un rato, buscar un amigo/a para conversar o pasar un rato tranquilo. Encuentra aquellas que más te sirvan a ti.
- Por último, sé consciente de que tienes derecho a tomarte un respiro durante las reuniones si lo necesitas. Para ello te podría venir bien escoger a un familiar que te acompañe, como un cómplice que sepa que tiene que hacer en el momento en que necesites ese respiro y te sepa escuchar cuando expreses lo que sientes. También podría ayudar planear a qué espacio tranquilo puedes ir cuando te sientas agobiado y necesites ese pequeño escape.
Si acompañas a alguien que ha perdido a un ser querido….
Es posible que la persona a la que acompañas quiera que su Navidad este año sea como siempre o es posible que no. Por eso dale tu apoyo sea cual sea su forma de afrontar estas fechas. Una manera de mostrar tu apoyo es estar presente a su lado, y sin evitar preguntar cómo está, ya que les suele venir bien que les pregunten.
También puedes proponer actividades o formas diferentes de hacer las cosas. Pero con cuidado de imponer cosas, ya que a veces la otra persona puede no ser capaz de decir “no”.
Cuenta con la posibilidad que la persona en duelo se caiga de los planes en el último momento. Esto es normal, así que vamos a intentar pónselo fácil. Además procura deja el lado positivo para otro día, especialmente si él o ella no lo sacan ya que quizás estaremos invalidando sus emociones.
Os mandamos mucho ánimo para esta época. Y os recordamos que podéis solicitar nuestra ayuda para afrontar el duelo si lo consideraseis necesario.
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Psicologa General Sanitaria y Máster de Especialización Cognitivo-Conductual con Niños y Adolescentes
Marta Guerra Corral es graduada en Psicología bilingüe (español-inglés) por la Universidad Complutense de Madrid. Ha completado su formación con el título de Máster en Psicología General Sanitaria y el Máster de Especialización Cognitivo-Conductual con Niños y Adolescentes, ambos por la Universidad Pontificia de Comillas. Además, realiza regularmente cursos de formación para ampliar sus conocimientos. Su enfoque como terapeuta es principalmente cognitivo-conductual, pero con una perspectiva integradora, que le permite escoger las técnicas e intervenciones más adecuadas en función de cada caso. Para Marta, uno de los principales objetivos del proceso terapéutico es aprender a vivir con la máxima calidad de vida, ajustada a las circunstancias de cada persona. Marta es especialista en evaluación y tratamiento de trastornos emocionales, como la depresión y la ansiedad, de trastornos de conducta, como el trastorno negativista desafiante, y de trastornos de aprendizaje, como el TDAH. En su trabajo busca exprimir al máximo los recursos propios de cada uno, con el fin de que los más pequeños puedan llegar a convertirse en quienes quieren ser. Esto lo lleva a cabo no solo dándoles herramientas a los niños y adolescentes, sino que, añadido a eso, trabaja mano a mano con los padres, ya que a estos últimos no se les puede excluir del proceso terapéutico de sus hijos. Ser terapeuta infanto-juvenil conlleva una labor creativa para adaptarse a los pacientes más pequeños, con los que conversar no es tan accesible como con un adulto. Una frase que siempre le oiréis decir a Marta es que ella con los niños no habla, sino que hace. En sus sesiones nunca faltan los juegos y retos para que los niños y las niñas aprendan motivados y divirtiéndose. Aparte del campo infanto-juvenil, Marta también se ha interesado en el mundo adulto, acumulando experiencia en problemáticas tan variadas como insomnio, fobias, trastorno de pánico, acompañamiento en jubilación, depresión, dificultades de pareja, etc.