chica con almohada

Somatizaciones

Parece que hay cada vez, más evidencias sobre la relación entre la enfermedad y la psique. Aunque desde hace mucho tiempo se viene hablando sobre la relación entre mente y cuerpo o entre la psicología y la enfermedad, el término somatización fue recalcado por el neurólogo y psicoanalista alemán Wilhem Shekel a comienzos del siglo XX, definiéndolo como el proceso mediante el cual un trastorno psicológico puede producir síntomas somáticos, como un mecanismo de defensa inconsciente por el cual una persona sin proponérselo, convierte el malestar emocional en un síntoma físico.

¿Qué son las somatizaciones?

Por un lado, algunos autores definen a la persona que somatiza como un individuo que manifiesta importantes quejas relacionadas con una enfermedad o condición física, pero para las cuales se carece de una explicación médica además de enfatizar el componente emocional como posible causa de este malestar. Por otro lado, otros investigadores comentan que somatizar supone la aparición de síntomas físicos recurrentes (y distintos según la persona) que no tienen causa orgánica justificada, y que interfieren en el desarrollo personal, laboral y/o social.

Además, El Manual Diagnóstico y Estadístico de la Asociación Psiquiátrica Americana (DSM-IV) ha definido somatización como “un patrón crónico de conducta de enfermedad, con un estilo de vida caracterizado por numerosas consultas médicas y dificultades sociales secundarias”.

Muchas de las definiciones desembocan en el hecho de que la somatización es un fenómeno que ocurre cuando un paciente repetidamente busca cuidado médico, se queja de algún problema somático y no siempre existe una evidencia biológica de alguna enfermedad orgánica o patológica y que la posible naturaleza de las causas parece ser básicamente emocional, social o psiquiátrica.

Es por ello que la somatización es frecuente en la práctica médica general, presentando síntomas físicos múltiples que generan discapacidad en los pacientes y sobrecarga de los servicios de salud.

¿Cómo se manifiestan las somatizaciones en nuestro cuerpo?

La psicosomatización puede producir:

  • Dispepsia funcional
  • El síndrome de intestino irritable
  • Síndromes dolorosos (desde dolores articulares, cefalea o dolores lumbares o cervicales)
  • Fatiga crónica
  • Problemas sexuales

También otros cuadros menos frecuentes como episodios de dolor torácico (descartadas causas cardiovasculares) o síntomas urogenitales.

La importancia del diagnostico diferencial:

Para barajar la posibilidad de que una persona está somatizando, es necesario realizar un estudio minucioso que abarque con los tratamientos e identificación de la dolencia con origen somático.

Puesto que existe una amplia variedad de síntomas que pueden encajar en el diagnóstico de somatización, es muy importante situar el origen de la dolencia o queja. Se deben descartar todas las posibles causas orgánicas de los síntomas para que se pueda comenzar a tener en cuenta el mencionado cuadro.

Es vital tener en cuenta que, ciertas enfermedades pueden tener síntomas inexplicados con un componente anímico, por lo que se debe matizar que: no todas las enfermedades pueden ser psicosomáticas.

¿Cuáles son las posibles causas?

El ritmo de vida diario en la sociedad actual y las preocupaciones (laborales, familiares, etc.) pueden llevarnos a experimentar estrés o emociones desagradables. El estrés y una mala gestión de las emociones desagradables pueden provocar la aparición de síntomas físicos como: dolores (de cabeza, cuello, espalda, etc.), náuseas, problemas gastrointestinales, etc. De esta forma, el conflicto psicológico se expresa a través del cuerpo en forma de síntomas de distinta naturaleza.

A este respecto el Manual de Diagnóstico y Estadístico de los Desórdenes Mentales (DSM-III-R) en la descripción de los desórdenes somato formes puntualiza que existe «evidencia positiva o una fuerte presunción de que los síntomas están vinculados a factores o conflictos psicológicos».

¿Cuáles son los factores de riesgo?

  • Somatización en los padres
  • Estrés de los padres
  • Estilos parentales autoritarios o extremadamente críticos o exigentes.
  • Enfermedad orgánica crónica en una persona significativa
  • Psicopatología en miembros cercanos de la familia
  • Clima familiar disfuncional
  • Experiencias traumáticas en la infancia (Acoso escolar, abuso sexual, negligencias…) y estilo de apego inseguro.
  • Ansiedad y depresión

¿Hay relación entre el trauma y las somatizaciones?

La relación entre somatización y trauma psíquico ha sido también señalada como relevante en numerosos estudios. De hecho, algunos estudios han ligado tipos específicos de trauma a patrones específicos de sintomatología somática. Por ejemplo, las personas que han sufrido abusos sexuales muestran un elevado número de síntomas ginecobstétricos o gastrointestinales inexplicables; otros casos de refugiados que ha presenciado atrocidades bélicas muestran tasas altas de ceguera psicogénica.

Varios estudios muestran que muchos de los pacientes que padecen de somatizaciones revelaron la existencia de traumas más comunes: abuso o descuido infantiles, violencia interpersonal adulta, o ser testigos de muerte o violencia. La mayoría de los pacientes somatizadores, informan haber experimentado uno o más traumas a lo largo de su vida.

Tratamiento

En el tratamiento es vital identificar los desencadenantes del estado psicológico de la persona. Para ello, es importante explorar el área personal, social, familiar y biológico, para llegar a detectar qué le sucede para que pueda comenzar a aplicar nuevas estrategias de gestión de sus emociones y de resolución de problemas.

Hay intervenciones tanto cognitivo-conductuales como psicodinámicas, humanistas y sistémicas que buscan explorar el contexto interpersonal, familiar o laboral en el cual se origina la somatización.

Si te sientes identificado con alguna de las características expuestas con anterioridad o conoces a alguien que pueda sentirse identificado, desde el Instituto Cláritas estamos dispuestos a asesorarte y ayudarte en todo lo que esté en nuestra mano.

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