darse las manos

¡Tengo un problema y no sé cómo resolverlo!

A lo largo de nuestra vida, nos encontramos con diferentes obstáculos o conflictos que nos pueden generar miedo, ansiedad, estrés… Es por ello por lo que generalmente los conflictos tienen una connotación negativa, sin embargo, nos brindan la oportunidad para cambiar o mejorar cosas o situaciones que no funcionan.

¿Cómo reacciona nuestro cerebro ante una situación de peligro o amenaza?

Cada persona es diferente e interpreta la realidad de formas diversas. Lo que para una persona podría ser un problema para otra no. En ocasiones, por nuestras experiencias, aprendizajes y creencias, nuestro cerebro puede llegar a interpretar situaciones como peligrosas cuando en realidad no lo son.

Cuando el cerebro detecta una amenaza, sea real o no, se activa el sistema de alarma, la amígdala, que es la responsable de generar una respuesta emocional y fisiológica relacionada con el miedo y la ansiedad y manda señales a otras partes del cerebro para que nuestro organismo pueda responder.

Cuando el peligro desaparece, se ponen en funcionamiento otros mecanismos para volver al estado original, sin embargo, cuando la situación de amenaza permanece o interpretamos que sigue ahí o que puede volver a aparecer, la amígdala se mantiene activada manteniéndonos en un estado de hipervigilancia en el que experimentamos ansiedad o estrés.

Los síntomas de la ansiedad pueden llegar a generar mucho malestar, sin embargo, cumplen una función, informarnos de que hay un peligro, un problema que hay que resolver. Es decir, la ansiedad es como el humo que nos indica que hay fuego en algún lado.

Hay conflictos que la solución desgraciadamente no depende de nosotros o simplemente la solución consiste en aceptar que no tiene solución.  Sin embargo, para los conflictos que sí dependen de nosotros podemos seguir los siguientes pasos:

5 pasos para solucionar conflictos.

  1. Evaluación del problema: Consiste en identificar y aceptar que existe un problema. Para ello nos podríamos preguntar ¿Cómo me estoy sintiendo? ¿Por qué me estoy sintiendo así?   ¿Cuál es el problema? ¿Dónde ocurre? ¿Con quién?  ¿Con qué frecuencia ocurre? ¿Cuánto me afecta? ¿Desde cuándo ocurre? ¿Cuánto tiempo llevo viviendo con este problema?
  1. Análisis del problema: Una vez identificado y operativizado el problema debo plantearme diferentes formas en las que se podría solucionar, junto con sus posibles consecuencias. No importa si son ideas descabelladas, todas las opciones son válidas, cuantas más mejor. Para ello podríamos preguntarnos ¿Cómo puedo resolver el problema? ¿Con qué herramientas cuento? ¿Necesitaría ayuda? ¿Qué ocurriría si actúo de esta manera?
  1. Plan de Acción: Tras haber reflexionado sobre las distintas posibilidades, deberemos decidir cuál es la que vamos a llevar a cabo y plantearnos cómo lo vamos a hacer. Esta es la parte más complicada. Para ello podríamos dividir la solución en pequeños pasos, de cosas más simples a más complejas.
  1. Ejecución del plan de acción:  Una vez determinado los pasos a seguir para solucionar el problema, toca llevarlo a cabo. En primer lugar, hay que repasar las instrucciones de los pasos que hemos establecido, esto nos dará seguridad. También podríamos hacer un par de respiraciones profundas para calmar la ansiedad y posteriormente ejecutarlo, repitiendo mentalmente los pasos a seguir, es decir, dándonos auto instrucciones. No pasa nada si no lo haces bien a la primera.
  1. Evaluación: El último paso sería evaluar cómo hemos llevado a cabo el plan y si se ha conseguido solucionar el problema. En caso de que no se haya solucionado, habría que evaluar dónde nos hemos equivocado y volver a repetirlo. En caso de haber ejecutado correctamente el plan y aun así no se haya solucionado el problema, deberemos elegir otra forma de solucionarlo y volver al paso 2. 

En muchas ocasiones, pensamos que el problema son los síntomas de la ansiedad, ya que es un problema más visible, sin embargo, como ya se ha comentado anteriormente, estos síntomas son solo el humo y podemos tener dificultades para identificar el incendio. Todo el mundo necesita ayuda alguna vez para identificar o resolver conflictos. Por ello en el Instituto Cláritas disponemos de profesionales que te pueden ayudar. No dudes en contactar con nosotros si lo necesitas. 

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