¿Cuántas veces os han mirado mal cuando os habéis enfadado? ¿Cuántas veces vuestros amigos/as os han dicho “qué te pasa” o “estás cambiado/a” cuando os habéis enfadado? ¿Cuántas veces os habéis sentido culpables después de haberos enfadado con alguien? El enfado es una emoción muy beneficiosa para nuestra salud mental y sin embargo, es una emoción socialmente rechazada. Un mal manejo del enfado provoca en muchas ocasiones síntomas psicopatológicos en la persona. Por el contrario, un buen manejo del enfado nos permite poner límites ante situaciones que nos hacen daño, soltar responsabilidades que no son nuestras y defender nuestro espacio.
¿Qué es el enfado? ¿Por qué se le rechaza socialmente? ¿Qué beneficios tiene para mi salud mental? ¿Cómo puedo manejar de forma sana mi enfado? Estas son las preguntas a las que vamos a dar respuesta en este artículo.
¿Qué es el enfado?
Para definir el enfado comenzamos señalando que es una emoción. Una emoción es una reacción automática que nos informa sobre algo que nos está ocurriendo en la vida y nos prepara/orienta para afrontar la situación que tenemos delante. Esta reacción la experimentamos en nuestro cuerpo y en nuestra mente. Por lo tanto, el enfado es una reacción que sentimos en el cuerpo y en la mente, la cual nos permite enfrentar situaciones en las que nos están haciendo daño.
¿Por qué está socialmente rechazado?
Algunas razones por la que el enfado está mal visto socialmente son:
- Miedo. Miedo a que el enfado se pueda descontrolar y desembocar en una reacción agresiva o violenta.
- Se sale del margen de lo que consideramos un comportamiento políticamente correcto. En general, estamos educados en ser amables, cuando una persona se comporta enfadada tendemos a interpretar que no se está comportando adecuadamente.
- Impide que las personas de nuestro entorno invadan nuestro espacio personal. Esto quiere decir que cuando nos enfadamos cerramos la puerta a las personas que antes se estaban saltando nuestros límites para aprovecharse en su beneficio. Poner un límite a estas personas genera rechazo porque ya no pueden seguir aprovechándose. Las personas que se enfadan cuando pones un límite son las mismas que se beneficiaban cuando no los ponías.
Una de las reacciones emocionales más habituales que siguen al enfado es la culpa. Sentirnos culpables por enfadarnos. ¿Cuántas veces te ha pasado? En el marco psicológico de Terapia Focalizada en la Emoción categorizamos las emociones en primarias y secundarias en función del orden en que aparece cada reacción emocional ante una situación. Es habitual encontrar una emoción primaria de enfado y posteriormente una emoción secundaria de culpa. Al fin y al cabo, sentirnos culpables no es más que coger ese enfado que se dirige hacia alguien de fuera y volverlo contra nosotros/as mismos/as. La culpabilidad y la auto-crítica están vinculadas a muchos síntomas ansioso-depresivos. Por lo tanto, tener una relación de culpabilidad con nuestros enfados puede generar síntomas ansioso-depresivos.
Beneficios del enfado para la salud mental
Una adecuada vivencia y expresión del enfado nos aporta importantes beneficios para la salud mental, como por ejemplo:
- Nos ayuda a conocernos y comprendernos mejor.
- Nos aporta herramientas para enfrentar situaciones en la que se nos encontramos invadidos, atacados o amenazados. Nos ayuda a defendernos.
- Nos permite poner límites ante personas que invaden nuestro espacio personal. Al poner límites frenamos situaciones que nos están generando malestar. Esto ayuda a prevenir futuros síntomas ansioso-depresivos.
- Nos ayuda a desarrollar una imagen de nosotros mismos positiva, viéndonos como personas capaces de defendernos y de expresar lo que sentimos.
- Disminuye el sentimiento de culpa.
Tips para un buen manejo del enfado
Es importante expresar nuestro enfado de forma sana. Reprimir el enfado nos hace daño, pero expresarlo descontroladamente o en una dirección equivocada también. Pautas para una adecuada expresión del enfado:
- Expresarlo en el momento en el que lo sentimos. Si te vas guardando el enfado y lo sueltas cuando no aguantas más es muy posible que explotes y lo expreses de forma más descontrolada.
- Si estás muy alterado es mejor apartarte de la situación siempre que sea posible para así poder relajarte un poco y después expresar lo que te enfada. Realizar respiraciones profundas nos puede ayudar a relajarnos en estas circunstancias.
- Prestar atención a qué o quién te está enfadando y dirigir tu enfado hacia esta persona y/o situación. En muchas ocasiones pagamos nuestro enfado con alguien que no nos ha hecho daño. Esto nos genera incomprensión con nosotros mismos y conflictos en nuestras relaciones.
- Expresar tu enfado de manera firme, pero sabiendo dejar la conversación si la otra persona continúa atacándote sin escucharte. Al retirarte evitas que el conflicto se enrede y entre en escalada.
- Escribir expresando tu enfado cuando no has podido expresarlo directamente.
La psicoterapia es el espacio más indicado para explorar los conflictos en tu relación con el enfado y construir una relación más sana con tus emociones. De este modo podrás aprender herramientas para afrontar mejor las situaciones que te hacen daño y también desarrollar una imagen más positiva de ti mismo/a. Desde Cláritas podemos ayudarte a gestionar tus conflictos emocionales. Estamos especializados en el trabajo emocional con población infantojuvenil y adulta, en formato presencial y online.