Llevamos más de 10 meses conviviendo con la pandemia del coronavirus y seguimos igual: miles de casos de contagios, fallecimientos por centenares a diario y las UCI repletas. Todo ello sumado al hecho de que no nos podemos reunir con nuestros seres queridos y de que hay que cumplir unas normas de convivencia y de protección básicas para lidiar con la situación crítica: mascarilla, distancia y lavado de manos. Si a los adultos nos afecta vivir y sentir esta constante incertidumbre, ni que decir tiene de los más pequeños de la casa. Los niños y adolescentes, en esta crisis sanitaria, han visto vulnerados sus derechos, han estado encerrados mucho tiempo sin salir, han vivido los problemas de sus padres y madres de una forma más directa, han estado sin colegio y vuelto a él con medidas muy estrictas y, además, muchos tienen que aprobar un curso que nadie sabe si terminará en las aulas o en casa. La incertidumbre al futuro, al mañana, tiene consecuencias mentales en las personas, también en los menores, y uno de los trastornos más frecuentes es la ansiedad. ¿Pero qué es? ¿Y cómo les afecta?