La resiliencia: El gran aprendizaje o descubrimiento del confinamiento

La resiliencia es la capacidad del ser humano de sobreponerse y aprender incluso de las situaciones más adversas. Sin ella el hombre no habría sobrevivido a guerras, pandemias o actos terroristas. Tal y como aseguraba Viktor Frankl en su obra  “El hombre en busca de sentido” donde narraba su experiencia y aprendizaje cómo superviviente de un campo de concentración: “A un hombre le pueden robar todo, menos una cosa, la última de las libertades del ser humano, la elección de su propia actitud ante cualquier tipo de circunstancias, la elección del propio camino.”.

Durante la crisis del COVID-19, el consecuente confinamiento y la posterior desescalada, que han supuesto uno de los sucesos más duros de la historia reciente, hemos visto como esa capacidad del ser humano ha vuelto a sorprendernos. Muchos de nosotros, asombrados, nos encontramos diciendo “Lo estoy llevando bien.” o incluso “Le estoy encontrando la parte positiva.”. Y es que, así es el ser humano capaz de adaptarse a todo, capaz de mantener la esperanza, capaz de sacar un aprendizaje de eventos estresantes. En este periodo hemos aprendido a valorar las cosas pequeñas de la vida, hemos encontrado placeres en lo cotidiano y hemos reordenado nuestras prioridades.

Pero, no todos tenemos la misma capacidad de resiliencia, depende de varios factores cómo el genético o la educación recibida. Hay factores que ayudan a desarrollar esta capacidad:

  • Apoyo externo: el hombre es un ser social por naturaleza, necesita relacionarse y sentirse parte de la sociedad. Por ello, el estar acompañado o mantenerse en contacto con los seres queridos es tan importante. Del mismo modo el sentirse parte de la sociedad con voluntariados, saliendo a aplaudir u otros gestos actúan como factores de protección.
  • Fuerza interior: las características individuales de cada uno en las que influye, como comentábamos antes, la genética o la educación recibida. También influirán la autoestima, la capacidad para usar el humor y el tener un locus de control interno. 
  • Capacidades interpersonales: una buena gestión emocional es fundamental, el poder expresar cómo nos sentimos, tener el dominio frente a nuestros pensamientos y conductas y hacer una lectura positiva de la situación. 
  • Espiritualidad: ser capaces preguntarnos y buscar un sentido a lo que estamos viviendo. Muchos aprovecharon el confinamiento para volcar la mirada hacia el interior y se plantearon ¿qué quiero? u otras tantas preguntas que pueden surgir, en definitiva buscar el sentido de nuestra propia existencia.
  • Curiosidad y la creatividad: serán grandes aliados durante esta cuarentena para gestionarla de un modo adecuado. Son capacidades que nos ayudan a buscar recursos y generar soluciones frente a situaciones que nos resultan amenazantes. 

Por otro lado, aceptar las emociones negativas que estamos experimentado en el proceso es algo que no debemos olvidar. Tanto el confinamiento, como las fases y la futura nueva normalidad son cosas nuevas, que nos generan incertidumbre, ponen en riesgo nuestros hábitos pasados y nos hacen salir de nuestra zona de confort. Así que, permitámonos esa parte y confiemos en nuestra capacidad para sobreponernos.

Por lo tanto, la capacidad de ser resilientes dependerá de cada individuo y sus circunstancias. Aunque ante el estado de alarma hay dos opciones: desesperarnos o fomentar esa resiliencia. Intentemos, a nivel individual y como sociedad, sacar esa parte buena, ese aprendizaje de esta experiencia y será nuestra mejor aliada para superar esta situación.

ESTAMOS CERCA DE TI

Elige el tipo de sesión que más se adapte a tus necesidades y empieza ya a sacarte partido con Cláritas.

Enviar WhatsApp