La revictimización es un fenómeno complejo que afecta a quienes han sufrido algún tipo de agresión o trauma, exacerbando su sufrimiento inicial y dificultando su proceso de recuperación.
De este modo, es fundamental comprender este fenómeno para poder ofrecer el apoyo adecuado a las víctimas y prevenir futuros episodios de daño.
¿Qué es la revictimización?
La revictimización se refiere a la experiencia de una persona que, tras haber sido víctima de una agresión o trauma, sufre nuevos episodios de victimización. Esto puede ocurrir en diversos contextos, como el sistema judicial, el ámbito laboral, educativo o incluso en relaciones personales.
Así pues, esta no solamente implica la repetición de un acto dañino, sino también la reiteración de conductas que minimizan, cuestionan o culpabilizan a la víctima, impidiendo su recuperación emocional y psicológica.
Las consecuencias psicológicas de la revictimización son profundas y variadas, pudiendo observarse que las víctimas suelen experimentar un aumento en los niveles de estrés, ansiedad y depresión, así como una disminución en su autoestima y confianza.
De igual modo, la revictimización puede llevar a trastornos de estrés postraumático (TEPT), en los que la persona revive constantemente el trauma inicial, dificultando su capacidad para llevar una vida normal.
Por otro lado, la sensación de impotencia y la internalización de la culpa pueden ser abrumadoras, prolongando el dolor emocional y dificultando la búsqueda de ayuda.
¿Cómo podemos identificarla?
Identificar la revictimización requiere una observación atenta y una comprensión profunda de las dinámicas que rodean a la víctima.
De tal modo, algunas señales clave para identificarla consisten en patrones de comportamiento repetitivos en los que la víctima puede encontrarse en situaciones similares de abuso o agresión, ya sea en relaciones personales, en el trabajo o en otros entornos sociales.
También es posible evidenciar una culpabilización constante en la que los individuos que rodean a la víctima, tales como familiares, amigos o autoridades, tienden a responsabilizarla por lo sucedido, cuestionando su versión de los hechos o sugiriendo que pudo haber hecho algo para evitar la agresión.
Otras de las maneras en las que es posible identificar la victimización es la falta de apoyo adecuado, en la que, en vez de recibir el apoyo necesario, la víctima puede sentir que no se le cree, se minimiza su experiencia o se le trata con indiferencia.
La víctima puede tener reacciones emocionales intensas, mostrando signos de desesperanza, aislamiento social, baja autoestima y dificultades para confiar en los demás.
¿Cómo evitar la revictimización?
Prevenir la revictimización es esencial para facilitar la recuperación de las víctimas y promover un entorno de apoyo y respeto.
Algunas estrategias efectivas son educar a la sociedad en torno a los efectos de la revictimización psicológica y de otros tipos, al igual que acerca de la importancia de tratar a las víctimas con empatía y respeto, implementando programas de sensibilización por medio de los cuales sea posible ayudar a cambiar actitudes y comportamientos que perpetúan la revictimización.
Otro aspecto crucial se trata de la capacitación de profesionales en campos como la salud, la educación y la justicia para que reciban formación específica que les permita identificar y evitar conductas revictimizantes.
En este sentido, será necesario aprender a escuchar activamente, validar las experiencias de las víctimas y proporcionar el apoyo adecuado.
De igual manera, hay que poner en práctica políticas y protocolos claros que busquen proteger a las víctimas de la revictimización, garantizando que reciban un trato justo y respetuoso.
Los protocolos claros para manejar denuncias de agresión y trauma son esenciales para prevenir la revictimización en sistemas como el judicial.
Asimismo, es imperativo crear y fortalecer redes de apoyo para las víctimas a través de agrupaciones, servicios de consejería y recursos comunitarios que ayuden a reducir el aislamiento y proporcionen un entorno seguro para la recuperación.
Revictimización: algunos ejemplos
La revictimización puede manifestarse en diversos contextos, cada uno con sus desafíos y particularidades.
Algunos ejemplos de revictimización que ilustran cómo se puede dar este fenómeno en diferentes ámbitos son la revictimización en la violencia de género, que es uno de los contextos más comunes en los que suele observarse.
Este tipo de violencia puede ocurrir en diferentes esferas de la vida de una persona, como la familiar, sentimental y laboral, cada una con sus propias dinámicas y consecuencias.
En el ámbito familiar, una víctima de violencia de género puede experimentar revictimización a través de comentarios despectivos de familiares que minimizan la gravedad de la agresión o que sugieren que la víctima es parcialmente responsable por la situación.
Esto puede dificultar enormemente la decisión de la víctima de buscar ayuda o de alejarse de la situación abusiva.
Así pues, en el plano sentimental, las relaciones posteriores a una experiencia de violencia de género pueden estar marcadas por la revictimización si la nueva pareja o círculo social no respeta los límites establecidos por la víctima o si replican comportamientos abusivos.
La falta de comprensión y apoyo en estas relaciones puede reactivar traumas previos y complicar el proceso de sanación.
En el entorno laboral, las víctimas de violencia de género pueden enfrentar revictimización a través de discriminación, acoso o falta de apoyo por parte de sus empleadores y compañeros de trabajo.
De este modo, en el trabajo no solamente afecta la salud mental de la víctima, sino que también puede impactar su desempeño laboral y sus oportunidades de desarrollo profesional.
Tendencias a culpabilizar a la víctima
Una de las formas más sutiles, pero dañinas de revictimización es la tendencia a culpabilizar a la víctima. Esta actitud implica responsabilizar a la persona que ha sufrido el daño por las circunstancias que la llevaron a ser agredida.
En la violencia de género, esto puede manifestarse a través de preguntas como: ¿por qué no saliste de casa antes? o ¿fue tu culpa que él se enojara?
Este tipo de comentarios no sólo son injustos, sino que pueden perpetuar el ciclo de abuso al hacer que la víctima se sienta avergonzada y desmotivada para buscar ayuda.
La violencia en la escuela: intimidación y victimización
La revictimización también se observa en entornos educativos en los que la intimidación y el bullying son problemas recurrentes.
En este sentido, las víctimas de acoso escolar pueden experimentar una revictimización cuando, al denunciar el bullying, no son tomadas en serio o son objeto de nuevas agresiones por parte de compañeros y, en ocasiones, incluso del personal escolar.
La falta de una respuesta adecuada por parte de la institución educativa puede intensificar el trauma inicial, haciendo que la víctima se sienta aún más aislada y vulnerable.
Enseñar a resistir la presión social que puede conducir a la violencia
Una estrategia crucial para prevenir la revictimización en contextos escolares y comunitarios es enseñar a las personas, especialmente a los jóvenes, a resistir la presión social que puede llevar a comportamientos violentos.
Programas educativos que promuevan habilidades de afrontamiento, empatía y resolución de conflictos pueden empoderar a los individuos para que se defiendan de manera asertiva sin recurrir a la violencia.
Además, fomentar un ambiente de respeto y apoyo mutuo reduce las probabilidades de que se repitan situaciones de abuso y agresión.
En definitiva, la revictimización es un fenómeno que amplifica el sufrimiento de quienes ya han experimentado traumas o agresiones, dificultando su recuperación y bienestar psicológico.
Identificar y prevenir la revictimización requiere una comprensión profunda de sus dinámicas y la implementación de estrategias efectivas en diversos contextos, desde el ámbito familiar hasta el laboral y educativo.
Especialmente en casos de violencia de género, es fundamental abordar las tendencias a culpabilizar a la víctima y crear entornos de apoyo que faciliten la sanación y la resiliencia.
Como sociedad, es nuestra responsabilidad educarnos y sensibilizarnos sobre la revictimización para poder ofrecer un apoyo genuino y efectivo a las víctimas. Sólo a través de una acción conjunta y un compromiso con la empatía y el respeto podremos romper el ciclo de revictimización y promover una cultura de seguridad y bienestar para todos.
Fuentes:
- https://www.interior.gob.es/opencms/pdf/archivos-y-documentacion/documentacion-y-publicaciones/publicaciones-descargables/seguridad-ciudadana/Perfiles_de_alto_riesgo_violencia_de_genero_126230028.pdf
- https://psicociencias.org/pdf_noticias/Violencia_de_geneo_y_victimizacion_secundaria.pdf
- https://uvadoc.uva.es/bitstream/handle/10324/59669/TFG-D_01546.pdf?sequence=1
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