niño gritandole a un micrófono

¿Qué es el niño interior y cómo debo tratarlo?

El concepto de niño interior juega un papel fundamental en el entendimiento de nuestras emociones y comportamientos actuales, siendo una parte interna de nosotros que representa las experiencias, recuerdos y sentimientos que desarrollamos durante la infancia, los cuales suelen seguir influyendo en nuestra vida adulta sin que seamos plenamente conscientes de ello. 
Realmente se trata de un recurso utilizado en psicoterapia que nos permite entender la interacción y la integración entre las diferentes partes que conforman nuestra nuestra identidad. Una de ellas es nuestro niño.
Comprender qué es el niño interior y cómo tratarlo puede ayudarnos a sanar heridas emocionales profundas, así como a conectarnos con nuestro lado más auténtico y mejorar nuestras relaciones personales, pudiendo alcanzar un mayor bienestar emocional en la medida que reconozcamos y abracemos a esa versión vulnerable de nosotros mismos.

Mi niño interior y mi adulto: ambos igual de importantes

Es importante comprender qué es el niño interior, ya que se trata de una representación simbólica de nuestra infancia, que encapsula todas las experiencias, emociones, recuerdos y aprendizajes que adquirimos durante nuestros primeros años de vida. 
Es esa parte inocente, creativa y auténtica que todos llevamos dentro, pero que a menudo olvidamos o reprimimos a medida que crecemos y enfrentamos las demandas de la vida adulta.
Todos tenemos una parte de nosotros que conserva la esencia de nuestra niñez: nuestro niño interior. Esa parte está llena de curiosidad, creatividad, capacidad de asombro y, a veces, también de miedos o heridas que se formaron durante esos primeros años. 
El adulto, por otro lado, representa la parte de nosotros que ha aprendido a manejar las responsabilidades, resolver problemas y enfrentar el mundo con madurez. Ambos son igual de importantes, y reconocer su valor nos permite tener una vida más completa y en equilibrio.
Cuando logramos armonizar estas dos partes, nos permitimos ser seres más completos: personas que saben divertirse, que se permiten soñar, pero que también saben cuidarse, tomar decisiones y enfrentar la vida con fortaleza. El niño interior y el adulto son dos partes de un mismo ser, cada una necesaria, cada una valiosa, y al darles espacio a ambas, podemos experimentar una vida plena, con sentido y equilibrio.

¿Qué necesita mi niño interior de mi adulto?

Nuestro niño interior es esa parte de nosotros que guarda todas nuestras primeras experiencias, nuestras emociones más puras y auténticas. Es el lugar donde residen nuestras ilusiones, miedos, curiosidades y también nuestras heridas más profundas. Es esa parte que no es tan verbal, sino más bien emocional y comportamental.
Atender sus necesidades no se trata de volver a revivir el pasado, sino de ofrecerle, desde nuestro adulto presente, lo que en algún momento necesitó y tal vez no recibió, ya que lo que precisa es comprensión y validación. 
Él no necesita que lo juzguen, sino que lo abracen en su totalidad, que le digan que está bien
sentir miedo, tristeza, enojo o alegría. Necesita que su voz sea importante, que sus sentimientos tengan espacio y valor, así como que les ofrezcamos protección y seguridad. Lo que necesita es integrarse con nuestra parte adulta y que esta le guía y le cuide.
Nuestro niño interior necesita juego, creatividad y libertad; pero también límites. A medida que crecemos, muchas veces nos alejamos de la espontaneidad y la magia de la infancia. Recuperar el juego es darle permiso a nuestro niño interior de expresarse sin restricciones, de disfrutar sin preocupaciones ni juicios. Es un equilibrio.
Este precisa de momentos para ser curioso; pintar fuera de las líneas. Cuando le damos espacio a la creatividad en nuestras vidas, estamos permitiendo que esa parte inocente y genuina se sienta libre y viva.
De esta forma, atender y escuchar a nuestro niño interior es un acto de amor propio y reconciliación. Es el compromiso de ser el adulto que tanto necesita, ese que está dispuesto a ofrecer compasión, protección y alegría. Este sólo necesita ser visto, escuchado y amado tal como es, sin condiciones ni exigencias.

¿Por qué mi niño interior puede que tenga necesidades no resueltas?

Todos llevamos dentro una parte de nosotros que se desarrolló durante la infancia: nuestro niño interior, que suele ser una parte esencial de nuestra identidad, cargada de emociones, recuerdos y experiencias que vivenciamos en nuestros primeros años de vida. 
En ocasiones, nuestro niño interior puede tener necesidades no resueltas que afectan la manera cómo nos relacionamos con nosotros mismos y con el mundo.
Estas necesidades no resueltas no tienen que ver con que algo esté mal en nosotros, sino con experiencias que pudieron haber sido incompletas o insuficientes. Puede que hayamos tenido momentos en los que sentimos que no recibimos el amor,  apoyo o validación que necesitábamos. 
Quizá hubo situaciones en las que nuestras emociones no fueron comprendidas, o tal vez los adultos en nuestras vidas no estaban disponibles para escucharnos como lo necesitábamos. 
Estas carencias forman parte del desarrollo humano, y reconocerlas sin juicios es un primer paso para entender nuestras propias respuestas y comportamientos actuales.
Cuando nuestro niño interior tiene necesidades no resueltas, podemos notarlo en algunas formas en la vida adulta. A veces, podemos sentir una sensación inexplicable de tristeza, soledad o ansiedad. Otras veces, podríamos tener dificultades para confiar en los demás, poner límites o expresar nuestros sentimientos de manera sana. 
Estas reacciones no son debilidades ni defectos, sino manifestaciones de esas necesidades que aún esperan ser escuchadas y atendidas.
Al conectar con nuestro niño interior, estamos abriendo una puerta a la sanación emocional. Aprendemos a ser el adulto que aquel niño necesitaba: uno que ofrece comprensión, amor y seguridad. Esto nos permite crecer de manera más plena, mejorar nuestras relaciones y sentirnos más en paz con nuestro pasado y nuestro presente.

¿Cómo cuidar tu niño interior?

Cuidar de tu niño interior es un proceso continuo que requiere intención y práctica.
Algunas estrategias y ejercicios para comenzar este camino de sanación son las siguientes:

  1. Reconocimiento y aceptación: El primer paso es reconocer que tu niño interior existe y que sus experiencias pasadas siguen influyendo en tu vida. Acepta que es una parte integral de ti que merece atención y cuidado.
  2. Autocompasión: Trátate con amabilidad y comprensión. Evita juzgarte por sentimientos o reacciones que puedan surgir al explorar tu pasado.
  3. Expresión emocional: Permítete sentir y expresar tus emociones. Esto puede incluir llorar, reír o expresar enojo de manera saludable. Las emociones reprimidas necesitan ser liberadas.
  4. Autoexploración: Reflexiona sobre tu infancia. Puedes hacerlo a través de la escritura, el dibujo o la meditación. Identifica momentos clave que hayan impactado en tu desarrollo.
  5. Búsqueda de apoyo profesional: Considera trabajar con un terapeuta especializado que pueda guiarte y ofrecerte herramientas específicas para tu proceso.

En este viaje de reconexión con tu niño interior, es crucial tener la orientación adecuada. En Instituto Cláritas, estamos comprometidos con tu bienestar emocional y crecimiento personal.
No esperes más para reconectar contigo mismo y vivir la vida que mereces: estamos aquí para acompañarte en este emocionante viaje de transformación y autodescubrimiento.

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