Retos a los que se enfrentan los expatriados

Son muchos los motivos que llevan a las personas a trabajar fuera de su país de origen: Desde la globalización de los mercados, hasta el propio interés personal, pasando por la falta de oportunidades laborales en el entorno más cercano. Sea cual sea el motivo, es frecuente que este gran paso vaya de la mano de un gran coste personal, debido a los cambios que, tanto el expatriado como, a menudo, sus familiares y seres queridos, tienen que afrontar.

En este artículo, vamos a desarrollar algunas ideas que pueden ser útiles para facilitar el bienestar emocional de las personas que viven esta circunstancia.

Primeras preguntas y principales desafíos para los expatriados

Ante una oferta laboral para irte a otro país son muchas las dudas que pueden surgir: ¿Qué hago con mi casa?, ¿dónde voy a vivir ahí?, ¿conoceré gente fácilmente?, ¿cuáles son los pasos o documentación a presentar para conseguir el visado?, ¿cómo voy a cambiar en mitad de curso a los niños de colegio?, ¿ahí habrá buenos colegios?, ¿mi pareja se adaptará bien?, ¿cómo se lo digo a mi familia?, etc. Estas son algunas de las preguntas que te pueden venir a la mente ante una noticia de ese calibre.

Si te encuentras en una situación así o similar el miedo y la incertidumbre son normales, si bien es cierto, cada persona responde de manera diferente ante determinadas circunstancias o dificultades. Sin embargo, los estudios sobre el tema coinciden en que hay una base común. A continuación te explicamos algunos de los principales retos a los que se tienen que enfrentar los expatriados:

  • Echar de menos a los seres queridos
  • Adaptarse a la nueva cultura (idioma, costumbres, horarios, etc.)
  • Hacer nuevas amistades
  • Lidiar con la burocracia gubernamental
  • Hacer cualquier tipo de negocios en un país extranjero (a nivel laboral o domiciliario, hasta la más mínima transacción puede ser un reto)
  • Estrés a nivel familiar y laboral

En definitiva, el estrés generado por estar en una cultura que no es la propia, que te puede hacer sentir incómodo y/o con una sensación escasa de pertenencia o el tener que aprender métodos nuevos para adaptarnos a la cultura, es algo frecuente. Esas emociones negativas que se generan, como el miedo o la tristeza, pueden afectarnos a nuestras relaciones familiares (“Desde que nos vinimos discutimos todos los días.”, “Los niños dicen constantemente que quieren volver a España porque echan de menos a sus amigos, aquí de momento no han hecho.”).

Recomendaciones para los expatriados

Todo lo expuesto anteriormente, nubla o enturbia en muchas ocasiones la capacidad de ver los aspectos positivos de la expatriación. Hay que recordar que los traslados son eventos muy estresantes, y más, si también implican un cambio de país, son cambios enormes que cuesta asentar por ello el tiempo suele ser un aliado y pasados los primeros meses el malestar suele descender. Una recomendación para quiénes estéis pasando por esto es: destacar la importancia de la comunicación emocional, encontrar un tiempo en el que podáis compartir en familia como os sentís, siempre adaptándolo a la edad de cada miembro. De este modo, observaréis como no estáis solos y será más fácil comprenderos los unos a los otros. A pesar de que esto parezca algo sencillo, no siempre lo es y en ocasiones hay personas o familias que no encuentran ese espacio para expresar el malestar o simplemente no les funciona. Para ello, entonces, sería recomendable buscar en otro tipo de recursos como la ayuda de un terapeuta. Queremos ayudaros en este camino tan arduo.

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