mujer mayor mirando por la ventana

10 hábitos de las personas mayores que atraviesan una depresión

Uno de los trastornos psicológicos más frecuentes en la edad adulta es la depresión. Consiste en un trastorno del estado de ánimo caracterizado por la presencia de sentimientos de tristeza, desgana, ira o frustración, los cuales afectan al ritmo habitual de vida de la persona.  

A pesar de ser, como indicábamos anteriormente, un trastorno bastante frecuente; existe un mito muy interiorizado en nuestra sociedad, e incluso en el propio ámbito sanitario, que asocia la depresión como un aspecto habitual y consecuente del envejecimiento. Sin embargo, es importante remarcar que la gran mayoría de personas mayores, no presentan trastornos del estado de ánimo. De hecho, cada vez escuchamos hablar más del conocido envejecimiento saludable, movimiento que promueve y defiende una vejez llena de oportunidades para el crecimiento, el desarrollo personal, el descanso y el bienestar.

Dado que, en muchas ocasiones, en las personas mayores, los síntomas depresivos pasan desapercibidos o camuflados bajo otras dolencias o enfermedades físicas, te presentamos 10 hábitos a los que puedes prestar atención para saber si una persona tiene depresión.

¿Cuáles son las señales de alarma?

  • Presencia de sentimientos de tristeza, sensación de vacío o desesperanza y llanto de manera excesiva.
  • Aparición de sentimientos de culpa o inutilidad constantes y que, en muchas ocasiones no parecen tener fundamento.
  • Cambios bruscos en el carácter o el humor. Por ejemplo, despertarse extremadamente irritable, o tener un estado permanente de nerviosismo o ansiedad.
  • Pérdida de interés por casi todos los aspectos de la vida, principalmente por actividades que previamente eran placenteras.
  • Aparición de cambios en el sueño. Tanto si la persona empieza a tener dificultades para dormir, como si duerme demasiado. Lo cual muchas veces se traduce en un cansancio extremo y falta de energía.
  • Cambios en el apetito, bien porque la persona ya no tiene ganas de comer o no disfruta de la comida; o, al contrario, que coma demasiado.
  • Sensación de lentitud, por ejemplo, a la hora de pensar o recordar, al hablar o en los movimientos corporales.
  • Dificultad para tomar de decisiones, incluso aquellas cotidianas del día a día.
  • Aparición de pensamientos recurrentes sobre la muerte, también pensar o verbalizar ideas sobre el suicidio.
  • Aparición de dolores en el cuerpo, sin que exista una razón médica.

¿Cómo ayudar a una persona que puede tener depresión?

Tanto si te identificas con lo expuesto anteriormente, como si conoces a alguien que puede estar atravesando esta situación, saber qué hacer puede ser complicado.

Nos enseñan que cuando alguien sufre de un dolor en la espalda debemos acudir a un traumatólogo para que identifique qué sucede y le ponga un tratamiento. O cuando, por ejemplo, alguien tiene dificultades para ver de lejos, le animamos a ir al oftalmólogo. La salud mental es una dimensión más de nuestra salud, y aún nos queda un largo camino como sociedad para comprender que, al igual que el resto de nuestro cuerpo, merece atención y cuidado.

Cuando una persona atraviesa una depresión siente que la vida no es ilusionante, y experimenta mucho sufrimiento, un sufrimiento que puede ser tratado, atendido y superado. Es por ello por lo que la mejor manera de solventar una depresión es acudir a un profesional de la salud mental.

Como decíamos al principio del artículo, la edad adulta avanzada nos muestra una infinidad de oportunidades para crecer y para apreciar la vida de un modo más sano y constructivo. Es una realidad posible que desde Cláritas ofrecemos, ya que, a través de un apoyo psicológico individualizado, la depresión se puede vencer.

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