Durante los últimos meses la vida de todos ha cambiado y parece que la palabra “adaptación” forma parte ya del vocabulario de nuestro día a día. La pandemia está generando incertidumbre, miedos y síntomas de ansiedad en adultos, pero también en niños y adolescentes.
La declaración del estado de alarma generado por la Covid-19, llegó a nuestras vidas de la mano de la ansiedad y de un conjunto de nuevos y diferentes estresores (¿Vamos a estar mucho tiempo “encerrados”? ¿y si me contagio? ¿Y si se contagian mis padres? ¿volveré a trabajar pronto, y los niños al colegio?).
En sí misma, la ansiedad es un mecanismo adaptativo y necesario de nuestro organismo. Su tarea es la de avisarnos de los peligros y dar una respuesta. Pero ¿por qué hablamos de “problemas de ansiedad” si es una cuestión a simple vista adaptativa y de supervivencia?
Para explicarlo brevemente, te pido que imagines que en tu casa tienes instalada una alarma antirrobo que, como buen sistema de protección del hogar, cumple su función y emite una señal de alerta cada vez que una persona intenta entrar a robar. Imagina ahora que esa alarma antirrobo se desajusta y no para de sonar a todas horas, haya o no ladrones, haya o no un peligro.
Con la ansiedad sucede prácticamente lo mismo. En el momento en el que este mecanismo empieza a enviarnos señales de peligro de forma continuada, nuestra forma de defendernos deja de ser efectiva. Esto hace que aparezca una sintomatología que, en la mayoría de los casos, empieza a interferir en la vida de las personas: en el trabajo, en el colegio, con los amigos, etc.
La llegada de esta situación imprevista y sin precedentes, repleta de incertidumbre, junto con la cuarentena en el hogar, la restricción del círculo social, la hospitalización por enfermedad y/o el miedo a la muerte, fueron y son hoy día, condiciones que pueden llegar a generarnos altos niveles de estrés.
Sumado a todos estos factores, el cierre de los colegios, la pérdida de hábitos y rutinas, y los niveles de estrés psicosocial de los cuidadores, ya han sido identificados como indicadores de riesgo para la aparición de síntomas de ansiedad en adultos, pero también en los más jóvenes de la casa.
¿Cuáles son los síntomas de ansiedad más frecuentes en niños y adolescentes?
El miedo y la preocupación que surge ante una situación que evaluamos como peligrosa, empieza a llamar nuestra atención cuando sobrepasa unos parámetros de intensidad del miedo, frecuencia de este, y se expande en nuestro día a día hasta el punto de interferir en nuestras áreas vitales: como la familiar, la personal, la social y/o el trabajo/estudios. Recordemos, “nuestra alarma estaría descontrolada” y necesitamos pedir ayuda.
A veces solemos pensar que los más pequeños de casa no “se dan cuenta” de todo lo que pasa, pero la realidad es que los niños y adolescentes pueden sufrir los miedos y las consecuencias de esta pandemia y nosotros, como adultos, podemos ayudarles a prevenir el impacto emocional que pueda aparecer.
Si identificas que tu hijo/a está viviendo alguna de estas situaciones y no sabes qué hacer, en Cláritas podemos ayudarte. La terapia psicológica y el entrenamiento en técnicas de relajación ajustadas a cada caso son algunas de las opciones con las que puedes contar para reducir la ansiedad de tu hijo.
No dudes contactar con nosotros si necesitas ayuda o consultar cualquier duda. En Cláritas contamos con psicólogos expertos en terapia de niños y adolescentes para tratar los síntomas de ansiedad que pueden ayudaros a recuperar un bienestar pleno.
Elige el tipo de sesión que más se adapte a tus necesidades y empieza ya a sacarte partido con Cláritas.
