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El valor oculto de escuchar que pocos conocen

Una de las técnicas más utilizadas en terapia es la escucha activa. A simple vista, uno podría pensar que cualquiera podría ser psicólogo si sabe escuchar, pero ¿eres un maestro de la escucha?

En los inicios de la psicoterapia humanista, Carl Rogers fundó la Terapia Centrada en el Cliente, y es en este enfoque psicológico en el que desarrolló y perfeccionó el arte de escuchar. Escuchar de forma atenta, genuina y empática es lo que genera un cambio en la persona. Una de sus principales obras que recoge los resultados de su enfoque es ‘Counseling and Psychotherapy’ en 1942.

Gracias a su trabajo como terapeuta durante toda su vida, descubrió que escuchar es un factor fundamental a la hora de entender las dinámicas de los pacientes y las herramientas que ellos mismos poseen. Otras obras de consideración donde se explican sus hallazgos son Convertirse en una persona, Las condiciones necesarias y suficientes para el cambio de personalidad terapéutico, o en Empático: Una forma de ser poco apreciada.

Cómo perfeccionar el arte de escuchar

Cualquier práctica tiene una serie de criterios a seguir para transformar la técnica en arte. Los dos puntos esenciales que mejoran el estilo de escucha son: escuchar a través de las palabras (escuchando el sentimiento oculto en ellas) y reflejar o devolver al otro ese sentimiento que escuchamos en su discurso. Esto favorece que la persona avance en sí misma mediante dos caminos: o bien que al devolverle lo que escuchamos en él sea correcto y se sienta comprendido, o bien que nos corrija en el sentimiento lo que provoca en él que contraste la información y busque el sentimiento correcto. Como podemos ver, en cualquier caso el proceso es positivo: en la primera opción sigue el curso de forma fluida, y en el segundo corrige el curso hacia la dirección correcta.

Pese a estos hallazgos, Rogers recibió numerosas críticas de diferentes enfoques psicológicos en el inicio de su enfoque y años más tarde. Estas críticas se basaban en que si observas las intervenciones de Rogers desde fuera, uno podría resumir su intervención en ‘repetir las últimas palabras que el paciente ha dicho’.

Sin embargo, el poder estar perfectamente sintonizado segundo a segundo con las emociones del otro, y escuchar tanto lo explícito como lo implícito requiere de una gran maestría que es difícil de apreciar y percibir externamente. Pese a las críticas que recibió, ya en esa época empezaban a realizarse hallazgos que justificaban y defendían su enfoque acerca de la empatía y la escucha activa. Estas investigaciones demostraron que eran los factores más importantes en el aprendizaje y cambio del paciente.

Cómo usar esta técnica para ayudar a otros y ayudarte a ti mismo

Según Rogers, los pasos a seguir para mejorar la escucha y mejorar la empatía con el otro son los siguientes:

  • Experimentar en nuestra piel cómo el otro realmente vive y entiende el mundo que nos rodea.
  • Intentar tener esta sintonía con el otro de forma constante, dado que en una conversación las emociones pueden cambiar rápidamente y de forma constante, como el curso de un río.
  • Comprobar con el otro momento a momento si lo que creemos que siente y dice es lo que hemos entendido. Como hemos comentado, aunque no sea así, nos ayuda a ‘re-sintonizar’ con el estado del otro y que él contraste si lo que le comunicamos es lo que realmente siente o no.
  • Entender su punto de vista y lo que vive sin hacer juicios, solamente revelando los sentimientos que el otro percibe conscientemente.
  • Si somos una persona confiable, favoreceremos que el otro pueda experimentar y expresar lo que siente y quiere comunicar.

En el caso de escucharnos a nosotros mismos, existen unas ligeras diferencias. Dado que nosotros podemos comunicarnos y escucharnos sin palabras mediante las emociones, tenemos que atender a estas últimas. Eugene Gendlin, descubrió que existe un flujo emocional interior que cambia, como podemos ver al escuchar a los demás.

Para entenderlo mejor, supongamos el siguiente ejemplo: si nosotros observamos un cuadro, o una obra de arte, podemos describirla definiendo sus características. Pero si al observar una obra de arte en vez de hablar, atendemos a la sensación global que nos hace sentir, aparecerá una sensación compleja que no es una emoción como tristeza o alegría. Podemos sentir algo complejo, que es muy complicado de resumir con palabras, de la misma forma que es complicado describir el sabor del curry, por ejemplo.

Gendlin creó un método para que toda esta sensación compleja, que comunica más que nuestra mente, fuese más fácil de acceder en el caso de que tengamos dificultades de atenderla y escucharla. Así creó el Focusing, técnica que favorece nuestra conexión con nuestro mundo interior.

Los beneficios son muchos, tales como:

  • Mejorar la escucha a nuestro interior, sentido oxidado generalmente dado que no se enseña socialmente.
  • Atender a lo implícito, lo oculto en nuestras palabras, o en lo que sentimos ante algo o alguien.
  • Aumentar nuestra consciencia acerca de porqué somos como somos o actuamos como actuamos.
  • Resolver problemas estancados que hemos intentado solucionar una y otra vez con la mente sin resultado.
  • Descubrir heridas pendientes, sentimientos parados en nosotros que nos afectan desde el pasado hasta hoy.

Sin duda la escucha hacia otros y la escucha a uno mismo (Focusing) aportan múltiples beneficios para los pacientes que la experimentan. En Cláritas te animamos a probarlo con nosotros.

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