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La Ley del desapego

En la actualidad, vivimos inmersos dentro de una rutina, de una zona de confort en la que nos sentimos seguros. Esta zona de confort tiene dos partes: la positiva, que, por un lado, nos aporta tranquilidad, y la negativa, que, por otro lado, no nos permite avanzar y nos puede obstaculizar a la hora de conseguir metas mayores.

La ley del desapego nos propone desprendernos del miedo al cambio, con el objetivo de avanzar.

El desapego consiste en dejar de vivir con la preocupación de “qué tenemos o qué nos falta”. Pone la atención en desaferrarse de las personas para establecer con ellas vínculos sanos en los que la honestidad sea el ingrediente principal, mostrándonos tal cual somos.

La práctica del desapego consiste en permitirnos ser más libres y estar menos sujetos a aquello a la que nos agarramos. Sin tener que precisar o necesitar de nada ni nadie. Es necesario aclarar que no significa aislarse. El desapego se centra en darnos a los demás con autenticidad, pero sin presión. Esta liberación emocional genera una vida con mayor honestidad. Desde aquí, no se daña a nadie, se avanza con conocimientos de causa.

Ahora que conocemos qué es el desapego, vamos a ver las cuatro leyes que lo componen:

Primera ley del desapego: “eres responsable de ti mismo”

Esta ley pone sobre la mesa el principio básico de crecimiento personal, la responsabilidad. La persona es responsable de sus propias decisiones, actos y desarrollo personal. Nuestra felicidad no puede depender de otras personas, somos nosotros los responsables de ser felices. El desapego radica en desligarnos de la necesidad de la validación, aprobación de los demás.

No pongas el peso de tu felicidad en los demás, busca tu propio camino sin depender de lo ajeno.

“Trabaja tu propia felicidad. Elige por ti mismo, siendo consciente de tus decisiones y sus consecuencias. No caigas en posar tu bienestar en opiniones ajenas que no están bajo tu control”

Segunda ley: “vive el presente, acepta y asume la realidad”

Esta ley pone el énfasis en no estar agarrados al pasado. Muchas veces, pasamos tiempo recordando o preocupándonos por sucesos que ya sucedieron y que no podemos cambiar. El cambio de perspectiva radica en darle importancia a las cosas sobre las que sí podemos actuar y controlar.

Un factor crucial es vivir el presente, el momento actual, perdonándonos por lo que en un pasado nos ocurrió.

Vivir en el “aquí y ahora”, ya que nos va a permitir sentirnos autorrealizados y felices.

Tercera ley: “promueve tu libertad y permite ser libres también a los demás”

La libertad es el modo más íntegro y saludable de vivir la vida, sin hacernos cargo de los problemas de los demás.

El desapego no consiste en cortar vínculos. El objetivo es amar y vincularse de maneras más auténticas. Tenemos que evitar el depender de alguien.

Un aspecto fundamental es el de que no estamos en la obligación de ser responsables de las vidas de otros. Esta descarga nos permite hacernos cargo de nuestra propia vida. No somos ni rescatadores ni héroes de vidas ajenas. Estos roles de salvadores generan mucho sufrimiento.

Cuarta ley: “asume que las pérdidas van a suceder tarde o temprano”

Esta ley parte de la base de que las relaciones, cosas materiales… no pueden ser contenidas eternamente. Tenemos que asumir la idea de cambio, ausencia y pérdida, ya que es algo presente en el mundo en el que habitamos.

Como se ha indicado, la vida es cambio y movimiento, y esto es parte del desapego. Algo que permanece es la capacidad que tenemos de amar, de estar presentes y de aceptar y disfrutar de las cosas tal y como vengan.

Una vez descritas las leyes… ¿Cómo puedo vivir según esta ley del desapego?

Basándonos en las cuatro leyes descritas, vamos a partir de sus principios para desarrollar el trabajo del desapego en la vida diaria.

  1. Compromiso a tomar decisiones propias: la importancia recae en que nuestra toma de decisiones no esté influida por opiniones del resto. Asumir la responsabilidad personal de asumir las decisiones y sus consecuencias, para que así seamos nosotros mismos quienes dirijamos nuestra vida.
  2. Dejarse llevar por los imprevistos: es importante tomar como referencia el presente que estamos viviendo y dejar que las sorpresas e imprevistos vayan apareciendo. Es imposible controlar o prever lo que va a pasar, por ello, hay que valorar lo que se tiene y aprender a disfrutar de ello.
  3. Tener una visión abierta de los hechos: tener claro que las cosas, relaciones, vínculos… pueden modificarse y pueden cambiar a lo largo del tiempo. Tener esta visión abierta permite una mayor posibilidad de desapego a ciertas situaciones.

Si te gustaría aprender a vivir según esta ley del desapego y quieres empezar a aplicar sus principios, no dudes en ponerte en contacto con el Instituto Psicológico Cláritas. Contamos con excelentes profesionales dispuestos a ayudarte a tomar este camino.

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