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¿Qué es la despersonalización?

¿Qué es?

La despersonalización es un síntoma ansioso muy poco conocido y que presenta muchísimas dificultades a la hora de definirlo y comprenderlo.

Cuando la gente trata de expresar lo que siente, suele recurrir incluso a metáforas. Así pues, en este artículo, haremos un intento de aproximarnos a una definición de esta experiencia.

Podría decirse que es una alteración en la forma en que una persona se percibe a sí misma y a su cuerpo. Pero no es algo constante, sino más bien puntual. Es decir, el individuo, dentro de su episodio ansioso, conforme este va incrementando en intensidad, empieza a experimentar alteraciones en la percepción que tiene de sí mismo.

Muchos testimonios hablan de una sensación parecida a un sueño. Es como si el afectado se convirtiera en un observador de su malestar, sin estar exento del sufrimiento que le provoca.

Como podéis ver, no contamos con una definición clara ni fácil de abordar. Y es precisamente este desconocimiento lo que genera mucho miedo en las personas que sufren de despersonalización, pues que el no identificar lo que estamos experimentando genera mucha incertidumbre. Hay quienes incluso lo confunden con un episodio psicótico.

Entendamos un poco más la problemática

Como decíamos, es un síntoma atípico de la ansiedad. Por ello, es muy importante conocer qué factores pueden provocar su aparición.

En primer lugar, es importante destacar que va ligada a una mayor intensidad de angustia. Por ello, cuanto más aumente esta, más probable que aparezca este tipo de sintomatología más desagradable.

Se ha visto cómo suele estar muy presente en personas que han sido víctimas de situaciones traumáticas. Además, entre otros factores, se ha observado que puede aparecer como consecuencia del consumo de sustancias y de situaciones de estrés prolongadas.

¿Qué hacemos?

Conocer los factores que pueden facilitar su aparición es fundamental de cara a la prevención y el tratamiento, ya que nos dan pistas sobre cómo abordarlo:

  1. Identificar y trabajar el evento traumático que está generando esos niveles de ansiedad. Acudir a terapia si es necesario.
  2. Identificar los factores externos que están favoreciendo el estado de angustia. Intentar poner remedio sobre ellos en caso de que sea posible.
  3. Observar las herramientas de gestión emocional de las que disponemos. La terapia puede ser un espacio idóneo para esto.

Por ejemplo, se ha observado que, como consecuencia de estos episodios, a raíz del temor generado, muchas personas empiezan a cuestionar su percepción de la realidad (recordad que hay mucho miedo a vivir un episodio psicótico). Esto lleva a muchos afectados a condicionar su vida hasta niveles muy limitantes. A nivel de autoestima, puede llegar a ser desolador.

  1. Saber identificar cuándo ocurre y dar con estrategias para gestionarlo y minimizar su impacto en la rutina.
  2. Muchísimo autocuidado: atentos al sueño, la alimentación, el deporte, el descanso…
  3. Interrumpir el consumo de sustancias en caso de que exista.

Desde la psicoterapia seguimos sumando testimonios y evidencia que nos permitan conocer más en profundidad esta experiencia subjetiva. El conocimiento es fundamental para dar con el tratamiento más adecuado.

Si crees que te podemos ayudar, no dudes en contactar con nosotros.

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