niño mirando por la ventana

¿Cómo prevenir el abuso en menores?

El abuso en menores se trata de cualquier acción, omisión o trato que cause daño físico, emocional o psicológico a un menor de edad, pudiendo ocurrir en diversos contextos, que comprenden desde el hogar, la escuela, hasta en el entorno comunitario.

Este suele provenir de familiares, cuidadores u otras personas que tienen algún tipo de poder sobre el niño, pudiendo encontrarse diferentes tipos como el abuso físico en el que se utiliza la fuerza para causar daño o sufrimiento al menor; el abuso psicológico o emocional, que está envuelto de conductas que menoscaban la autoestima y el bienestar emocional del niño.

De igual modo, se puede mencionar el abuso sexual, que involucra cualquier contacto sexual o actividad destinada a la gratificación sexual de un adulto o adolescente con un niño y la negligencia, que sucede cuando los cuidadores no satisfacen las necesidades básicas del niño, ya sea en alimentación, atención médica, educación o cuidado emocional.

¿Cómo identificar el abuso en menores?

En vista de que el abuso infantil es una realidad devastadora, es crucial aprender a identificar las señales que pueden estar indicando que un menor está en peligro.
De este modo, los signos de abuso infantil pueden variar en función del tipo de abuso que recibe.
Sin embargo, existen algunas pautas generales que pueden ayudar a reconocerlo, tales como cuando el niño muestra cambios de comportamiento repentinos, como una actitud retraída o agresiva, miedo a ciertos adultos o lugares, o experimentan una regresión a comportamientos infantiles como orinar en la cama.
El abuso sexual, en particular, suele ser difícil de detectar, ya que muchas veces los niños no saben expresar lo que está ocurriendo o tienen miedo de hablar al respecto.
Algunas posibles señales de que algo no está bien son los cambios en el rendimiento escolar, pérdida de interés por actividades que antes disfrutaban, o incluso, sentir molestias físicas sin una causa aparente.
Además, es importante recordar que, a veces, el abusador puede ser una persona cercana al entorno del niño, es decir, alguien de confianza que se aprovecha de esa relación para causar daño.
Por lo tanto, los padres y cuidadores deben estar atentos a las relaciones del menor con otros adultos o adolescentes, observando cómo se comportan y si existen indicios de manipulación o control.

Procedimiento de denuncia

En caso de sospechar que un menor está siendo abusado, es fundamental actuar con rapidez y responsabilidad.
Si bien el procedimiento de denuncia del abuso infantil generalmente implica contactar a los servicios de protección infantil o a la policía local, también existen líneas telefónicas de ayuda anónima donde se puede informar de un caso sospechoso y recibir orientación sobre cómo proceder.
La denuncia no sólo protege al menor, sino que también permite que las autoridades investiguen la situación y aseguren que el niño esté a salvo.
Es importante mantener la calma al momento de hablar con el niño sobre lo sucedido. Los menores necesitan sentir que están en un entorno seguro y no se les juzgará por lo que puedan decir. Escuchar sin presionar, validar sus sentimientos y asegurarles que hicieron bien en contar lo ocurrido son claves para apoyarles en este proceso tan difícil.

¿Cómo gestionar la comunicación por parte de los padres con el menor?

El apoyo emocional es fundamental para un niño que ha sido víctima de abuso, de manera que, como padres o cuidadores, podemos ayudar ofreciéndole un espacio donde pueda expresar sus sentimientos y pensamientos sin miedo.
Además, estos niños suelen sentir culpa o vergüenza, de forma tal que es importante que comprendan que lo ocurrido no es su culpa y que existen adultos que quieren y pueden protegerlos.
De tal forma, es crucial mantener una comunicación abierta y honesta sobre el tema del abuso infantil, enseñando a los niños acerca de los límites corporales; mostrarles cómo pueden reconocer situaciones inapropiadas, así como a decir que no si hay algo que les hace sentir incómodos.

¿Cómo podemos prevenir un abuso?

La prevención del abuso sexual infantil comienza en casa, con una educación apropiada y honesta sobre los límites personales y la privacidad, siendo fundamental enseñar a los niños que su cuerpo es suyo y que nadie tiene derecho a tocarlo sin su consentimiento.
Esto incluye hablar sobre las partes privadas del cuerpo de una manera que sea apropiada para su edad y que les permita entender cuáles son los límites.
Además, es crucial fomentar la confianza para que el niño sepa que siempre puede contar cualquier situación que lo haga sentir incómodo. Los padres deben evitar usar un tono alarmista, pero de igual manera es muy importante que hagan énfasis en el hecho de que hay situaciones que deben ser compartidas con un adulto de confianza.
Una buena estrategia es hablar de ejemplos cotidianos que puedan entender, tales como: «Si alguien intenta hacer algo que te hace sentir raro o te pide guardar un secreto, siempre puedes decírmelo a mí o a otro adulto de confianza».
Asimismo, tienen que estar atentos a cambios en las rutinas del niño y observar cómo interactúa con otras personas para detectar posibles amenazas. Si el menor parece repentinamente evitativo con alguna persona en particular, es necesario indagar más profundamente en lo que está ocurriendo.
La prevención también implica supervisión constante, especialmente en situaciones en las que el niño pueda estar vulnerable, tales como actividades extraescolares o reuniones con desconocidos. Es importante recordar que la prevención, al margen de desde la familia, también se puede hacer desde los centros educativos y escolares.

Las señales de estrés en los niños pueden ser un indicador de abuso sexual

El estrés infantil puede ser una señal importante que no debe ignorarse. A menudo, los niños que han experimentado abuso presentan síntomas de estrés tales como pesadillas recurrentes, dificultades para dormir, cambios en los hábitos alimenticios, dolores sin una causa médica clara, o incluso episodios de pánico. Estos síntomas pueden ser fáciles de atribuir a otras causas, pero si persisten o si van acompañados de otros cambios de comportamiento, deben ser investigados a fondo.
La clave para poder identificar estos signos radica en mantener una relación cercana con los niños, donde se sientan seguros para compartir sus emociones y experiencias. Muchos pequeños que han sido víctimas de abuso no lo expresan verbalmente, pero lo manifiestan a través de su comportamiento y reacciones ante determinadas situaciones.

La educación preventiva es crucial para proteger a nuestros niños del abuso en menores

La protección de los menores es una labor que nos incumbe a todos. Prevenir el abuso infantil no sólo implica conocer las señales y actuar ante ellas, sino también fomentar una cultura de respeto y protección hacia los niños, siendo esencial que tanto los padres como los educadores y los profesionales de la salud reciban capacitación continua sobre cómo identificar y abordar situaciones de abuso.
En el Instituto Cláritas, estamos comprometidos con la formación y el apoyo necesario para prevenir el abuso en menores.
Si sospechas que un niño está en peligro o necesitas orientación sobre cómo actuar, no dudes en contactarnos: juntos podemos crear un ambiente seguro donde este pueda crecer sin miedo y desarrollarse plenamente.
Actuar a tiempo puede cambiar la vida de un niño para siempre. No dejes que el miedo o la duda te impidan intervenir; la prevención está en nuestras manos.

Fuentes

  • https://www.savethechildren.es/sites/default/files/imce/docs/violencia_sexual_contra_losninosylasninas.pdf
  • https://www.savethechildren.es/sites/default/files/2021-11/Los_abusos_sexuales_hacia_la_infancia_en_ESP.pdf
  • https://observatoriodelainfancia.mdsocialesa2030.gob.es/productos/pdf/malt2011v4_total_100_acces.pdf
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