Tratar la orientación sexual y la identidad de género es una cuestión complicada para algunos padres. Y es que en ocasiones no se tiene mucha información, o se pueden tener dudas a la hora de enfocarlo. Por otro lado, es importante que los adolescentes conozcan cuál es la realidad de la sexualidad y se puedan sentir acogidos por su familia.
Además, existe la creencia errónea de que hablar con los hijos sobre ciertos temas, generará en ellos la inquietud de querer probarlos. La realidad es que, hablar con ellos, solo favorecerá que conozcan más sobre la diversidad sexual y tiendan a aceptarla con mayor libertad y respeto.
Ahora hay mucha más información sobre la orientación sexual y la identidad de género, y la sociedad está cada vez más preparada para hablar de ello y tratarlo con naturalidad. Aun así, hay personas que todavía no quieren convivir con esta realidad, y es por eso importante acompañar a los hijos y aclararles que no hay nada malo en sus gustos, pensamientos, emociones y sentimientos.
Estos pueden ser los puntos a tener en cuenta para hablar de la orientación sexual e identidad de género con los hijos:
- Diferencia entre orientación sexual e identidad de género: Es muy importante poder diferenciar estos dos términos. Mientras que la orientación sexual nos habla sobre la atracción sexual y el género por el que nos sentimos atraídos, la identidad se refiere a la percepción que cada uno tiene respecto a su propio género, coincidiendo o no con sus características sexuales biológicas.
- Tipos de orientación sexual: Muchas veces, tanto los adolescentes como los propios padres, pueden confundir cuáles son los tipos de orientación sexual. Encontramos la heterosexualidad (atracción única o casi única por el otro sexo binario); homosexualidad (atracción por personas del mismo sexo); bisexualidad (atracción por personas de ambos sexos); pansexualidad (atracción por la persona, indiferentemente de su sexo); asexualidad (falta de atracción sexual).
- Tipos de identidad de género: Al igual que ocurre con la orientación sexual, se pueden llegar a confundir los distintos tipos de identidad de género. Aquí encontramos cisgénero (identidad de género y sexo biológico coinciden); transgénero (identidad de género y sexo biológico no coinciden); transexualidad (la persona desea o modifica su cuerpo, para hacerlo coincidir lo máximo posible con su identidad); género no-binario (identidad de género no coincide con el masculino o femenino por completo).
- Normalizar la situación: Es importante mostrarse abierto cuando se habla de orientación sexual con los adolescentes, tratándolo como una característica más de la persona, y como algo cotidiano y completamente normal. Aunque nuestros hijos no hayan mencionado nada sobre su propia orientación, es bueno tratarlo en casa como algo natural, para que ellos puedan sentirse cómodos en el caso de querer hablar sobre el tema en algún momento.
Además, debemos también normalizarlo para que lo conozcan y no lo vivan como algo ajeno o lejano.
- Usar el lenguaje adecuadamente: Es recomendable hablar desde el género neutro, utilizando palabras como “pareja”, “alguien”, “relación”, en lugar de hablar concretamente sobre chicos o chicas, para que el adolescente no sienta que lo correcto es tener novia en el caso de ser chico, o que le gusten los chicos, en el caso de ser chica. Además, hay términos despectivos que se han normalizado y debemos intentar evitar, como “marica” o “marimacho”.
- Aceptar las emociones: Los cambios físicos que tienen lugar durante la pubertad y el desarrollo sexual, pueden provocar a su vez cambios emocionales. Aparecen sentimientos como la vergüenza o la preocupación, y es bueno que los padres se fijen en estas conductas y resuelvan todas las dudas de sus hijos. La homosexualidad o bisexualidad, así como sentirse identificado con el otro género, puede provocar sentimientos de rechazo en el adolescente, por lo que deben trabajarse en familia para que puedan sentirse cada vez más cómodos al hablar de su orientación y su identidad.
- Aceptar las decisiones de los hijos: Trabajar la propia identidad de género es un proceso largo, y para la familia es también complicado en ocasiones. Si los hijos toman la decisión de comenzar a generar un cambio, es bueno que los padres y familiares estén dispuestos a acompañarlos. El cambio de nombre o de la manera en la que dirigirse a ellos (él, ella), son algunos de los más comunes, pero es recomendable mostrarse abierto a la hora de recibir información sobre las decisiones que van tomando los hijos.
Por supuesto, buscar ayuda profesional puede ser importante si se observa un malestar significativo en el adolescente, o poca aceptación por parte de algún familiar, o de su grupo de pares.
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