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La cultura de Tinder está generando más ansiedad que nunca ¿Qué podemos hacer?

Si la idea de ir a cenar con alguien que acabas de conocer y establecer una conversación con él o con ella te revuelve el estómago, es señal de que quizá tengas ansiedad a la hora de conocer a personas nuevas. Esta ansiedad puede ser porque en el fondo exista un miedo al compromiso. Hablamos de filofobia cuando existe un miedo a enamorarse y establecer una relación con otra persona. O puede que el miedo a no conocer a alguien haya derivado en una anuptafobia, o un miedo excesivo a estar soltero. Pero también puede ser que no haya nada malo en ti. Es posible que simplemente, la manera que hay de conocer a gente hoy en día esté mal planteada. Si eso es así, ¿por qué generan tanta ansiedad las aplicaciones de citas?

Somos nuestra fachada

Tinder, Loovoo, Bumble, Hinge, Badoo… Las opciones son infinitas, y sin embargo todas o casi todas siguen la misma fórmula. Todas te incitan a mostrar tu mejor lado, para así aumentar las posibilidades de ser elegido. Quedamos reducidos a características superficiales como nuestras fotos, publicaciones o descripciones. Ahora más que nunca tenemos muy presente nuestro aspecto físico y nuestras cualidades, y esto resulta agotador. Puede hacer que nos sintamos muy inseguros a la hora de mostrarnos tal y como somos, lo cual hará que cada vez nos reprimamos más, propiciando así un ciclo de ansiedad y soledad que puede desencadenar en una fobia social.

El like o el swipe: un arma de doble filo

Con la manera en la que están planteadas estas aplicaciones de citas, ponemos fuera algo que debería estar siempre dentro de nosotros: nuestra valía. Un simple swipe a la derecha nos hace sentir bien. Significa que hemos sido elegidos y esto hace que nuestro cerebro libere una pequeña dosis de dopamina. El efecto es el mismo que el de un “like” en una red social. Es tan gratificante que resulta adictivo. Con un swipe a la izquierda, sin embargo, nos hundimos. Podemos volvernos tan dependientes de la aprobación de otras personas que, sin darnos cuenta, toda nuestra autoestima depende de ello. Un rechazo en Tinder puede hacer que pasemos de tener un buen día a sentirnos totalmente desesperanzados. Y hablando de rechazo…

Rechazar es más fácil que nunca

A todo el mundo le duele el rechazo. Ser rechazados nos remite a lugares muy oscuros, ya que es un ataque directo a nuestro instinto más primario de sentirnos queridos y aceptados.  Desgraciadamente, con las aplicaciones de citas, el rechazo es más accesible que nunca. Si no encajamos con alguien, esa persona lo tiene muy fácil a la hora de sacarnos de su vida. Simplemente puede decidir dejar de contestarnos. Pero cuando alguien nos deja de contestar nos quedamos atascados en una especie de limbo. Hemos estado hablando durante mucho tiempo y sentimos que merecemos una explicación, pero al mismo tiempo pensamos  que no tenemos tanta confianza con esa persona como para exigirle explicaciones. Si no nos dan una explicación clara, resulta imposible no pararnos a pensar cosas como: “¿qué habré hecho mal esta vez?” o “¿habrá algo malo en mí?, lo cual nos genera mucho malestar.

La hiperconectividad: seguimos en contacto

Una de las consecuencias del hecho de conocer a personas a través de internet es que una vez que conocemos a alguien y conectamos, la conversación se suele trasladar a otra red social como Instagram. Después, lo más común es que, incluso si ambas personas quedan en no volver a verse más, ambos continuarán siguiéndose mutuamente en esa red. El problema de esto es que, si hemos vivido la experiencia del rechazo como un fracaso, tendremos que enfrentarnos constantemente al recuerdo de dicho fracaso. Antes, si una relación no funcionaba, esa persona solía desaparecer de tu vida. Hoy en día permanece en nuestro teléfono, y cada foto o cada historia que publican es como un dedo que vuelve a hurgar en una herida no cerrada.

¿Qué puedo hacer entonces si quiero conocer a alguien hoy en día?

Desgraciadamente, si queremos conocer a alguien a día de hoy puede ser difícil hacerlo sin la ayuda de una aplicación de citas, sobretodo teniendo en cuenta las nuevas normas de distanciamiento social. En ese sentido, no tienes por qué dejar de utilizar estas aplicaciones. Lo que sí que puedes hacer es seguir una serie de consejos para proteger tu salud mental.
  • Haz limpieza en tus redes sociales. Una vez que esa persona te ha expresado que no quiere seguir conociéndote ¿qué sentido tiene seguir viendo sus publicaciones? Intenta seguir adelante con tu vida y no pensar en lo que podría haber sido.
  • Encuentra la manera de relativizar las cosas. Deja de hacerte daño con tus propios pensamientos. Si alguien ha dejado de contestarte, no es un fracaso. Si alguien no está interesado en tí, no significa que nadie nunca lo vaya a estar. Cuida tu discurso interno y no te machaques demasiado cuando algo salga mal.
  • Escríbele un mensaje a esa persona que se fue sin darte explicaciones. No tienes por qué enviárselo, pero el hecho de escribir todo lo que te gustaría decirle a la persona que te hizo daño puede ayudarte a sacar toda esa rabia de tu cabeza.
  • Vuelve a conectar con lo positivo de conocer a gente. Si llevas un tiempo intentando conocer a alguien, es posible que hayas automatizado un poco el proceso. Intenta acordarte de vez en cuando del motivo por el cual estás haciendo esto. No dejes que conocer a alguien pase de ser excitante a ser algo rutinario. Piensa en todo lo que te gustaría conseguir, en lugar de enfocarte en todas las experiencias malas que has tenido.
  • Date un descanso. Si las aplicaciones de citas te están haciendo sentir muy mal, desconecta durante unos días. También puedes probar a desactivar las notificaciones de la aplicación, para así no siempre estar pendiente de los mensajes que te lleguen. Así, cuando quieras abrir la aplicación estarás 100% centrado en ello, en lugar de tenerla siempre de fondo.
  • Busca ayuda profesional. A veces, los rechazos pueden ser fáciles de superar. Otras veces remueven cosas dentro de nosotros: miedos profundos, inseguridades y heridas del pasado. No hay nada de lo que avergonzarse si te está costando mucho pasar página o conocer a alguien nuevo. Ésta puede ser tu oportunidad para conocerte mejor a tí mismo y ver qué está sucediendo en tus relaciones.
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