niño en un sofá

La depresión en niños, ¿cómo se manifiesta?

En este artículo vamos a intenta reflejar algunos de los síntomas que pueden darse en casos de depresión en la infancia. No obstante, el propósito de estos párrafos no es de dar los medios para establecer un diagnóstico, puesto que de esa función se encargarán profesionales cualificados.

Veamos este escrito como una oportunidad de identificar posibles indicadores que nos ayuden a tomar la decisión de si mi hijo o hija necesita ayuda psicológica.

El problema que se da en estas edades, es que no cuentan con el desarrollo cognitivo que les permita formular frases que reflejen del todo bien su estado anímico. Esto supone una dificultad de cara a identificar un problema de tipo emocional.

Se reflejará mucho más a través del comportamiento y del cuerpo. Su conducta (ej., irritabilidad) y los síntomas fisiológicos (ej., dolor de estómago) serán los que nos darán pistas fundamentales para identificar el problema. De hecho, muchas veces ocurre que se confunde con otro tipo de problemática más relacionada con problemas de comportamiento.

Veamos algunos indicios que nos pueden ayudar:

  • Pequeñas verbalizaciones que pueda emitir y que reflejen su estado de ánimo. Rompamos con los mitos acerca de que los niños no pueden albergar preocupaciones o que su tristeza siempre ha de ser leve. Aunque somos conscientes de que el deseo del adulto es la felicidad del niño, evitamos caer en negaciones sobre su realidad y estado anímico.
  • Agresividad. Como decíamos, la expresión de sus emociones no va tanto desde la palabra, si no más bien desde el cuerpo y la conducta. Si vemos que tiene dificultades a la hora de gestionar el enfado, episodios de rabia, muchas peleas y hostilidad y problemas en sus relaciones con los otros niños y adulto, deberemos valorar la posibilidad de un problema emocional de fondo.
  • Áreas vitales afectadas: bajo rendimiento escolar, socialización limitada, apatía en momento de familia, falta de ocio… pueden ser pistas para seguir indagando.
  • Alteraciones en el sueño y la vigilia: pesadillas, insomnio, demasiado tiempo durmiendo, falta de energía durante el día…
  • Expresiones somáticas: falta de apetito, dolores…

Esperamos que este artículo os haya servido para entender un poco mejor las alteraciones emocionales en la infancia. Recordad, si creéis necesitar ayuda, en Cláritas disponemos de personal cualificado para este tipo de problemática.

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