café en un salon

Cómo relajar tu mente y tu cuerpo

La relajación es un término que cada vez escuchamos con más frecuencia en los distintos ámbitos de nuestras vidas. Seguro que alguna vez habéis oído hablar de relajación en vuestras relaciones de amistad, en vuestra relación de pareja, en el colegio/instituto, en el trabajo o en el centro de salud. A día de hoy podemos encontrar muchas definiciones de relajación: ausencia de estrés, disminución de la tensión, estado de tranquilidad, etc. Aunque la mayoría de estas definiciones son correctas, están incompletas. Si queremos mostrar una definición completa, podemos empezar diciendo que la relajación es un proceso que produce cambios en las dimensiones principales que componen a una persona: su cuerpo, sus pensamientos y sus emociones.

Ahora, ¿Cómo es este proceso? ¿Qué cambios produce? ¿Cómo podemos relajarnos? Estas son las preguntas a las que vamos a dar respuesta en este post.

¿Cómo es el proceso de relajación?

Antes de explicar cómo funciona la relajación, considero importante resaltar que la persona es un ser complejo y no está constituido simplemente por una suma de las partes que lo componen (corazón, vista, manos, pensamientos, emociones, etc.), sino que además ocupa un lugar importante la relación que existe entre todas y cada una de sus partes. Por esto mismo, las dimensiones implicadas en la relajación están estrechamente relacionadas entre sí. Si se relaja una de ellas, favorecerá que se relajen las demás. Por ejemplo, si se realiza un cambio en el modo de respirar de una persona, esto puede producir cambios en su modo de pensar y en su modo de sentir.

Para relajarnos disponemos de distintos caminos que podemos recorrer, llevando todos al mismo destino: el estado de relajación. Cada camino hace referencia a una técnica o actividad que podemos realizar. El estado de relajación es la meta, ese momento en el que la persona siente una profunda sensación de tranquilidad, un aumento del bienestar general y un aumento de la confianza que tiene en sí misma.

Resumiendo, la relajación es un proceso que produce cambios en las principales dimensiones que componen a una persona, generando en ella un estado de tranquilidad, bienestar y confianza.

Los cambios que se producen en estas dimensiones son los siguientes:

  • Cuerpo. Se relajan los músculos, las respiraciones pasan a ser más lentas y profundas, se disminuye la frecuencia cardíaca y se equilibra el metabolismo.
  • Pensamientos. Reduce en gran medida o bien elimina los pensamientos negativos que nos generan malestar y ansiedad.
  • Emociones. Produce emociones positivas tales como tranquilidad, seguridad y felicidad.

¿Qué beneficios aporta la relajación?

No es ningún secreto que la sociedad actual en la que vivimos se encuentra cada vez más castigada por el estrés y por la ansiedad. Los problemas físicos y psicológicos relacionados con la ansiedad constituyen uno de los principales motivos de consulta en los centros de salud. Ante este escenario que nos rodea, la relajación es una herramienta fundamental que puede ayudarnos a enfrentar los distintos retos que nos plantea la vida.

Los beneficios que aporta para nuestro bienestar son variados:

En  la salud física sirve de prevención y recuperación de enfermedades asociadas al estrés, tales como las cardiacas, las respiratorias o el dolor crónico.

En la salud psicológica representa la base de las estrategias que ponemos en marcha para enfrentar el estrés. Nos libera del estado de angustia, permitiéndonos realizar esfuerzos para afrontar la situación que tengamos delante. Además, el estado de relajación que proporciona nos ayuda a disfrutar más y a conocernos mejor. En los niños, les ayuda a desarrollar su inteligencia emocional y sirve para que aprendan hábitos de vida saludables.

En el ámbito académico aporta al estudiante un estado de calma que le ayuda a sacar un mayor rendimiento en clase, promoviendo hábitos más saludables y un mejor clima en la clase. Esto hace que la persona se vea a sí misma más capaz de afrontar los estudios. Del mismo modo, en el ámbito laboral, el estado de relajación ayuda al trabajador a ser más competente para afrontar sus distintos retos profesionales.

¿Cómo podemos relajarnos?

Ahora vamos a hablar de los distintos caminos que podemos recorrer para llegar a un estado de relajación. Hay dos tipos de actividades que ayudan a relajarnos: por un lado existen técnicas más específicas que generalmente requieren de la ayuda de un profesional para poder aprenderlas y realizarlas bien; y por otro lado están las actividades informales que podemos realizar en nuestro día a día para llevar una vida más relajada.

Existen muchas técnicas de relajación en psicología, y en casi todas ellas la atención juega un papel fundamental. Podemos dividirlas principalmente en las siguientes categorías:

  • Técnicas de Mindfulness o Atención Plena. Como en la meditación, se trata de estar centrado en uno mismo en el presente, atendiendo las sensaciones y los pensamientos que van apareciendo sin enredarnos con ellos. La postura corporal y la respiración son clave.
  • Técnicas de Respiración. Se realizan modificando la respiración para favorecer la relajación. Se puede cambiar su ritmo o bien localizarla en una zona concreta (inspiración abdominal).
  • Técnicas de Imaginación Guiada. El profesional narra una historia describiendo un espacio tranquilo mientras que la persona, con los ojos cerrados, se imagina estar ahí. Se suele utilizar música relajante para facilitar la imaginación.
  • Técnicas de Relajación Muscular. Se realizan distintos ejercicios de tensión y distensión con los distintos grupos musculares (piernas, brazos, pecho, etc.). Algunas veces se añade un ejercicio de imaginación guiada al final.

A su vez, existen actividades informales de la vida diaria que pueden ayudarnos a llevar una vida más relajada. Estas serían: llevar hábitos de sueño saludables, llevar una rutina de alimentación equilibrada, hacer deporte, yoga, bailar y escuchar música.

En Cláritas tenemos las herramientas para trabajar contigo la relajación en terapia individual, para trabajar la relajación con sesiones grupales en tu aula o en tu empresa y para trabajar la relajación en terapia familiar, mejorando así la salud de la familia.

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